En los puestos como científico en EE UU "los sueldos son más elevados y se cuenta con más equipamiento para el trabajo diario". No existe tradición ni mentalidad de plaza permanente, "ni siquiera para los jefes de departamento; la continuidad de proyectos y puestos de trabajo depende de la captación de recursos que se logre". Científicos gallegos que investigan en Estados Unidos coinciden en señalar que la labor diaria es más gratificante quizás porque se percibe "que hay más fondos que en España o Europa para llevarla a cabo", o hasta ahora han tenido esa sensación y ya llevan varios ejercicios entregados a la labor científica en centros estadounidenses. No obstante, son conscientes de que sus contratos tienen fecha de caducidad y, una vez terminada la misión, han de buscar otro destino.

Roberto Gómez empezó como becario en el Hillman Center de Pittsburgh animado por el jefe de laboratorio del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) en el que estuvo como voluntario los últimos años de carrera, y hoy es técnico especialista en Estados Unidos. Al pensar en regresar, en estos momentos, "los compañeros se encuentran las puertas cerradas en España así que muchos se plantean alargar sus estancias aquí esperando a que pase el temporal".

El joven científico ferrolano, Saúl Beceiro, expresa que los recursos son mayores en Estados Unidos "pero importa menos la parte personal del trabajador; hay que pagarse un seguro médico". Beceiro tenía un proyecto propio: "el desarrollo de un detector de blanco activo para medir reacciones nucleares" y, tras trabajar en varios centros en Europa, en Estados Unidos encontró la posibilidad de llevar a cabo su idea. "Era la parte principal de mi proyecto; primero hicimos un prototipo a media escala y luego construimos el grande", comenta Saúl. De los contratos que financia la Xunta para estancias postdoc de dos años en el extranjero, solo un 25 por ciento elige Estados Unidos y Canadá. La mayoría prefiere un destino europeo.