Cada vez se envían menos cartas y se mandan más paquetes, y cada vez hay menos carteros dejando la correspondencia en el buzón. Esa es la realidad que vive el sector desde hace un lustro. La caída de un 5% anual en los últimos años en el volumen de misivas a entregar, la implantación de las nuevas tecnologías como por ejemplo la factura electrónica y los recortes del Gobierno han provocado que Correos intensificase desde el inicio de la crisis su reestructuración de personal.

La empresa pública ha reducido su plantilla en Galicia en 800 empleados en la última década al pasar de casi 4.000 efectivos con los que contaba entonces a los 3.300 al cierre de 2013. Los sindicatos confirman que el mayor número de ajustes se realizaron desde 2008, por lo que desde entonces estiman que hay medio millar de puestos menos en la comunidad. La entidad no ha realizado ningún despido sino que ha dejado sin cubrir las vacantes por jubilaciones y las bajas por enfermedad. Pero denuncian que esos recortes provocan mayor carga de trabajo en la plantilla y en el caso del rural cuando se producen bajas hay áreas que quedan "mal atendidas".

El secretario de Organización de CIG-Correos, Miguel Ramudo, explica que en A Coruña, Santiago, Lugo, Ourense y Vigo ya se han llevado a cabo estas reorganizaciones. En las grandes unidades urbanas se eliminaron el año pasado 60 vacantes, y avisa de que una vez que se lleven a cabo estas actuaciones en Ferrol y Pontevedra, que aún están pendientes, "se podrían perder otras 60 plazas".

Ramudo apunta que las medidas de Correos para ahorrar también afectan al personal eventual. Según sus cálculos se cubren el 70% de vacantes menos que antes de la crisis y "cada vez se recurre menos a las listas de sustitución". Añade que si antes trabajaban entre cuatro y siete meses al año, "ahora apenas tienen empleo para un mes".