"Considero que es clave lograr una sociedad que confíe en el profesorado, y eso va vinculado al prestigio; tampoco creo que en un contexto de crisis sea oportuno responsabilizar a la formación porque es el mercado el que no ofrece opciones y se habla del sistema educativo", apunta Ana Iglesias, decana de Ciencias de la Educación de la UDC, quien añade que en los últimos 50 años "la mayor revolución ha sido la educativa, en este país". Cuestiona la importancia que se le da a una prueba como PISA, "no hay que olvidarse de que la plantea la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); ¿debe marcar la calidad educativa?". "No pretendo ignorar los resultados, creo que hay que fomentar la innovación pero asegurando las condiciones formativas y laborales de los docentes que lo hagan posible. Por otra parte, la formación en la facultad debe garantizar que el alumnado desarrolle capacidad de reflexión, de investigación, formas de pensar comprometidas o selección de contenidos relevantes", argumenta Iglesias. De medir la vocación docente, la decana lo haría "al final de la carrera", como parte práctica de la oposición para ejercer.