Galicia es uno de las principales apuestas en el "salto transformacional" que el grupo Sabadell ha dado, según su propio presidente, en estos últimos años, precisamente cuando la mitad del sector se vio abocado a lo contrario. A replegarse. Y fruto también de esa necesidad, el cuarto banco español aprovechó la subasta del Gallego, una de las principales participadas de NCG, para cumplir su eterna aspiración de crecer en una región que hasta entonces se le resistió. "Nosotros empezamos con un 0,5% de cuota y ahora estamos en el 8%", recuerda Josep Oliu ante las preguntas que ayer se le acumularon en Vigo sobre sus previsiones de crecimiento aquí y la vuelta a manos privadas de la que será su gran competidora. Ahora mismo, la cuota del Sabadell Gallego asciende al 7% en red comercial y al 4% en el negocio, con la aspiración de convertirse en la segunda entidad de referencia. A la capacidad de su equipo humano se encomienda para lograr el objetivo, y que "previsiblemente se completará todavía", en referencia a nuevas contrataciones.

"Trabajo, esfuerzo, presión y ganas de echar para delante", resumía Oliu la filosofía del plan para la comunidad durante un almuerzo informativo con empresarios que llenaron el Club Financiero de Vigo. Al máximo responsable del Sabadell no le pudieron caer más piropos de sus presentadores, en un escenario a todo detalle para dejar claro que la entidad viene "con muchas ganas de dar financiación". Es su lema desde la adjudicación del Gallego. "Le ayudaremos a conseguirlo", aseguró Javier Garrido Valenzuela, líder del Círculo de Empresario. "Es un placer ser su cliente", añadía José Manuel Fernández Alvariño, presidente de la patronal CEG, que apuesta por "cambiar un poco el mensaje" para dejar de ser "injusto" con la parte de sector que no tuvo problemas.

NCG los tuvo. Ahora se encamina de nuevo al mercado sin la tutela pública. "No es más de lo que había en el pasado -apunta Josep Oliu-. Ya estaba. No pasa nada". Sabadell Gallego tiene el foco "claramente" en las empresas y en ganar "la confianza de los clientes". "Iremos ocupando espacio en Galicia", continúa el directivo, que incluye a Caixabank y BBVA en la lista a batir en el mercado regional. "Novagalicia tiene una posición muy, muy, muy importante -señala-, pero ése es nuestro reto".

En referencia a la heredera de las cajas gallegas y el resto de nacionalizadas, Oliu defiende que el coste público de su rescate asciende a 73.000 millones de euros. "Claramente para ayudar a los depositantes de las cajas malas", ilustra, para sumar a continuación los 93.000 con "lo que han pagado los accionistas de bancos privados".

Oliu se apunta a la teoría de la recuperación económica y al "claro punto de inflexión" en la recuperación del mercado laboral. Eso sí, el crecimiento es "tímido" y el presidente del Sabadell insta a seguir "con la agenda reformista". "Tenemos riesgos", dice, en referencia de la debilidad de la demanda interna, el posible desequilibrio social "por el empobrecimiento generalizado del país" y el freno de los países emergentes. En esas medidas pendientes, el banquero apunta la fiscal, convencido de que "antes o después" -cree que en 2015- el Gobierno elevará el IVA. Como ocurrió con su sector, Oliu apela "al saneamiento del sistema institucional". Pero en la polémica con Cataluña no va muy allá. Sus posiciones contrarias a la independencia "son conocidas" y espera "un acuerdo político" para solucionarlo.