Las últimas cuentas anuales de Novagalicia como nacionalizada son el mejor reflejo del duro impacto de la reestructuración financiera y el profundo ajuste que acumula en sus tres años de vida por las tres también inyecciones de recursos públicos recibidas para garantizar su supervivencia. El rescate por parte de las arcas españolas primero y el manguerazo que llegó después de Bruselas permitieron elevar el saneamiento interno a 9.533 millones de euros, con otra cifra de vértigo en provisiones el pasado 2013, un total de 1.309 millones de euros, a cargo de los abultados resultados extraordinarios -todo aquello que no tiene que ver con la actividad convencional de un banco- y los créditos fiscales activados. Lo que da de lleno en su beneficio. NCG acabó el ejercicio de su subasta, a punto de pasar ya a manos del grupo Etcheverría Banesco, con un resultado del 17,9 millones de euros.

Desde la entidad ponen el acento en que antes de realizar esas provisiones el resultado se eleva hasta los 871 millones y que las ganancias superan la previsión de 14,8 millones marcada en el plan de recapitalización aprobado en 2012. A finales de noviembre, concretamente. La hoja de ruta diseñada a cambio de los 5.425 millones de euros de las ayudas comunitarias y que NCG admite que ha "condicionado" su actividad "por las restricciones fijadas" en reducción de oficinas y empleo, exigencias de desinversión y limitaciones para operar fuera de la comunidad. De ahí el adelgazamiento en 7.296 millones de euros del tamaño del negocio en 2013 y los 28.800, un 28%, desde el nacimiento de la caja única.

Por esa reducción del balance, la venta del paquete de 66 oficinas en León y Asturias al Etcheverría y la eliminación de las cláusulas suelo, el margen de intereses de Novagalicia cayó ligeramente por encima del 8%, a 665 millones de euros. La partida de los ingresos que sobresale apunta directamente a la gestión de los híbridos de capital, la polémica quita y canje de preferentes y subordinadas. Por el efecto contable de recomprarlas a menor precio, la aportación de las operaciones financieras se dispara un 1.227,9%, con 652,8 millones de euros, y el margen bruto alcanza los 1.478,8 millones, un 51,7% más. El otro capítulo beneficiado es el del capital principal, que escala al 11,6%. El doble que en 2012 y con un exceso de solvencia sobre el mínimo exigible de 590 millones de euros.

En la parte de los gastos, la reestructuración de la red pasa la tijera tanto al coste de explotación, un 36,5%; como en el de personal, que cae un 44,8%. El número de oficinas a finales del pasado año se situó en 592 -541 en Galicia, 39 en otras comunidades y 12 en el extranjero-, después de un descenso de prácticamente un 57% en los últimos tres años. La plantilla de la matriz la forman 4.362 trabajadores, un 43,5% menos que en 2010.

"La entidad ha optado al cierre del ejercicio por no primar la obtención de beneficio y mantener una política de máxima prudencia dirigida a reforzar el balance", justifica NCG en la nota con los datos de 2013. El 88% de las refinanciaciones están consideradas en impago y el saldo de dudosos asciende a 5.093 millones de euros. Así, la tasa de morosidad se eleva al 17,62% -frente al 13,61% del conjunto del sector- y la cobertura sobre esos activos deteriorados es del 56,4%.

De los 6.129 millones de euros en financiación durante el año pasado, 2.846 millones son nuevos préstamos, 3.283 millones en operaciones con el tejido productivo y 270 millones en la concesión de 3.360 hipotecas. Las refinanciaciones a familias "en dificultades económicas" fueron 4.674. El 70% del crédito se concentró en Galicia -4.335 millones-, donde NCG sostiene que su cuota de mercado escaló 62 puntos básicos. En el descenso del 24% en el capítulo general de los depósitos a la clientela, la entidad asegura que solo un 4% responde a clientes minoristas. La operativa en mercados mayoristas registró un recorte de 5.705 millones. El gap comercial -el volumen de crédito que alimentan los depósitos- queda colocado en el 96%, con 9.831 millones en activos líquidos. Son 2.600 más que el valor de vencimientos pendientes.

Con la parte propiedad de la Sareb entre los activos segregados en el rescate europeo, NCG vendió 3.316 inmuebles en 2013. Las ventas suman 264 millones de euros. Otros 222 millones vinieron de la desinversión en el accionariado de 29 empresas.