Leer ante un tribunal una tesis doctoral, es decir, examinarse del último paso para obtener el título de doctor y que se abran las puertas a la enseñanza universitaria y de la investigación, tiene precios dispares en España, siendo los más caros en Castilla-La Mancha y los más baratos en Galicia.

El precio público medio del examen para la defensa de una tesis ha aumentado en los últimos años, pasando de 131 euros en el curso 2010-11 a 152,93 euros en el actual.

Pero entre comunidades autónomas hay una disparidad de precios que da como resultado que Castilla-La Mancha cobre por el citado examen 258,93 euros y Galicia 117 euros.

Es precisamente la autonomía castellanomanchega la que ha subido más los precios de esta prueba en el curso 2013-14 respecto al anterior, con un incremento del 106,2 %, mientras que la mayoría los han subido menos de un 10 % o no los han variado como Canarias, Galicia, Madrid y Valencia.

"Es cierto que han subido los precios del doctorado, pero en España es barato", afirma a Efe el director de la Escuela de Doctores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), José María Labeaga, que resalta que en Estados Unidos un solo año de doctorado puede costar 6.500 euros y aquí cinco años alrededor de 1.250 euros.

Además, los precios que se cobran a los alumnos no llegan a cubrir el gasto del proceso administrativo, incluyendo matrícula, tutelas y examen -en el que se tienen que pagar, por ejemplo, las dietas al tribunal que viene de fuera-, señalan a Efe fuentes universitarias.

El vicerrector de Posgrado y Formación Continua de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Joaquín Goyache, dice que lo que ha sufrido un "incremento desorbitado" es el precio de los máster oficiales, necesarios para optar a la tesis.

Sobre otros gastos en una tesis como la tradición -no escrita- de invitar a comer el doctorando a su tribunal, Labeaga comenta que eso ha "cambiado mucho".

"Las anécdotas son muchas, pero he ido a tesis donde no me han invitado y no ha pasado nada", reconoce José María Labeaga, que también recuerda que antes el alumno invertía bastante en la encuadernación de su tesis y ahora vale con un lápiz USB.

La media de tiempo para hacer una tesis es de 5 años porque, tras el real decreto 99/2011, se ha establecido un periodo de tres años más dos de prórroga si se hace a tiempo completo y de cinco años más dos para tiempo parcial.

En los últimos años la UNED no ha visto aumentado el número de alumnos que preparan su tesis, sino de los que quieren hacerlo, y que suelen ser más jóvenes que hace años.

En la UCM, la mayoría de los doctorandos tienen entre 23 y 30 años, aunque también hay personas jubiladas o en paro más mayores.

Este año, por ejemplo, la UNED tuvo 1.400 nuevas solicitudes y solo se pudieron admitir 480 para mantener los requisitos y el nivel de calidad que exige la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca).

El número de programas de doctorado que tienen las facultades también ha cambiado, pasando de los 107 por la normativa de 1998, a 45 en 2007 y a 17 desde 2011; "para ofrecer programas de calidad con doce programas habría suficiente", según Labeaga.

Con la tesis aprobada o con sobresaliente y la mención "cum laude", el nuevo doctor podrá concursar a plazas universitarias e incluso a puestos convocados por empresas.

La tesis es un "plus profesional", asevera Carolina R. Ganivet, que espera leer este año su tesis en la Universidad Autónoma de Madrid sobre química orgánica y materiales moleculares tras cinco años de duro esfuerzo.

"Hay que estar muy motivado porque es una carrera de fondo", asegura Carolina, que confía en trabajar en investigación en una empresa en la que sabe que un químico con el doctorado tiene "mejor posición" que otros colegas.

Según últimas estadísticas de Educación, en 2011 se aprobaron 9.843 tesis en España, un 25,7 % más que al comienzo de la crisis en 2008.