Poco a poco, los amplios espacios concebidos por Peter Eisenman para el Gaiás se llenan. Y no solo de visitantes que acudan atraídos por alguna exposición o las líneas de la arquitectura del neoyorquino, sino también de personas que han visto cómo la Cidade da Cultura se convertía en su centro de trabajo. La llegada de personal de la RAG es solo la última incorporación a un complejo que la Xunta aspira a convertir en referencia para la cultura.

Quienes primero hicieron del Gaiás su centro de trabajo fueron los empleados del Centro Superior Bibliográfico de Galicia -el germen de la actual Biblioteca de Galicia-, que estrenaron sus despachos en 2010. Desde entonces, se ha sumado la Axencia para la Modernización Tecnolóxica de Galicia, ubicada en el Centro de Innovación Cultural, y la Axencia Galega de Industrias Culturais (Agadic), situada en el denominado Centro de Emprendemento Creativo.

Pero la Cidade da Cultura no se limita a funcionar como sede de dichas instituciones. Por ejemplo, a través del programa "Emprende Cultura Gaiás", facilita que jóvenes creativos cuenten con un lugar en el que desarrollar sus proyectos, con la ventaja de tener como vecina a Agadic.

Además, el Gaiás conserva algunos de los legados más simbólicos de la cultura gallega, como el de Isaac Díaz Pardo, que incluye los documentos del Consello de Galicia en el exilio o del Seminario de Estudios Gallegos, aparte de la biblioteca de Basilio Losada o, pronto, los fondos bibliográficos de Novagalicia Banco.