Talento investigador de ida y vuelta
Miles de jóvenes buscaron salida en otros países desde 2009 E La Xunta abre la puerta a la retención de talento "para frenar la migración de gente altamente cualificada"
SELINA OTERO N VIGO
En 2009 saltaban a los medios las quejas de asociaciones de investigadores por los primeros recortes en los presupuestos para I+D, como el del Ministerio de Ciencia e Innovación que por aquel entonces dirigía Garmendia. La ciencia perdía fuelle en las cuentas públicas, con un recorte inicial del 15% y peligraba la renovación de becas y contratos para científicos. Ante el panorama económico también las empresas recortaron en sus partidas para innovación, una caída que en 2011 alcanzaba ya el 25% en Galicia.
Con los ajustes que se preveían en el horizonte de una crisis que solo había enseñado por aquel entonces la patita, la Xunta había advertido que era "insostenible" mantener a los "5.350 investigadores" (becados y en plantilla con distintos tipos de contrato) que trabajaban en los laboratorios de los departamentos universitarios gallegos, ni crear "puestos vitalicios".
Si bien los investigadores estaban acostumbrados a pasar estancias de hasta dos años en otros países, la escasez de puestos en Galicia (y en España, en general) debido a recortes provocó la huida de muchos investigadores gallegos, como parte del colectivo de jóvenes con elevada formación y cualificación que buscaron y buscan desde entonces opciones en el extranjero. Los últimos datos indican que desde que comenzó la crisis 40.672 jóvenes gallegos de entre 20 y 29 años han tenido que hacer las maletas, un 60% más (en diciembre de 2010 ya sumaban 29.000 de entre 25 y 35 años). Si bien no existe un registro en concreto de investigadores que trabajan fuera, tanto Precarios Galicia como la Federación de Jóvenes Investigadores calculan que en cinco años, a falta de datos oficiales, "la cifra es de varios millares", y la salida continúa. Desde la Xunta preparan varios programas y partidas para la captación de talento, tanto de investigadores extranjeros como de aquí, para "retenerlo" en la comunidad.
La Consellería de Economía e Industria destinó este año una partida de 4,5 millones de euros a centros tecnológicos y plataformas de innovación sanitaria del Sergas, una partida prevista también para 2014 y 2015, según el departamento que dirige Francisco Conde.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, abrió puertas hace unos días en el acto de entrega del Premio María Josefa Wonenburger, anunciando el "programa de retención y captación de científicos de alto nivel" para el próximo año. "El reto es proporcionar oportunidades, frenar la migración de la gente altamente cualificada de nuestro país y evitar páginas en blanco en la historia de la I+D+i gallega", pronunció.
"Me queda todavía un año de contrato en Estados Unidos (Michigan) y estoy empezando ya a buscar opciones, dentro de EE UU, en Europa y también en España. Por ahora está la cosa bastante oscura". Saúl Beceiro, ferrolano de 30 años especializado en Física Nuclear, se marchó a principios de 2012 a la Universidad de Michigan, institución que imparte el programa de doctorado número uno en USA en Física Nuclear. En su caso, lo llamaron directamente desde la institución académica norteamericana para ficharlo.
Aunque está encantado, en su cabeza sí pulula la palabra "volver". "El trabajo aquí es inmejorable. Me dan un montón de responsabilidad; hay dinero para comprar material, podemos construir nuestros propios equipos. Tenemos acceso a las herramientas más avanzadas y podemos hacer medidas en el propio laboratorio. El hecho de tener un ciclotrón para poder acelerar los haces de núcleos en nuestro laboratorio facilita muchísimo poder estudiar cuestiones que están en la frontera del conocimiento en la física nuclear", cuenta sobre su tarea allí.
¿Sería posible ese puesto en Galicia? "En España no hay ningún laboratorio en el que yo pudiera, de tener la oportunidad, desarrollar una labor similar dado que no hay equipamiento", contesta. En cuanto a personal expresa, no obstante, "que hay grupos tan cualificados como en el que ahora trabajo pero que tienen que buscarse la vida para poder viajar a laboratorios en Europa y el resto del mundo para poder medir y luego continuar con los estudios de lo que han medido fuera en su laboratorio en España", apunta Saúl.
Admite estar "contento" con el trabajo diario, "con mi sueldo y con las condiciones de trabajo". "Me gustaría, de todos modos, poder volver a España o al menos a Europa donde culturalmente me sentiría más identificado", indica Beceiro.
En cuanto al proyecto de captación de talento previsto en Galicia, Saúl se muestra confiado y cauto a la vez. "Durante mi etapa de investigación en Galicia participé desde diferentes foros en la solicitud al gobierno de este tipo de programas, me parece estupendo. Sin embargo, hasta que vea todas las condiciones no lo valoraré. Un contrato de captación que financia una plaza un número de años pero que no evolucione puede ser un arma de doble filo que te deje con 40 años en el paro y sin opciones de presentarte a otra convocatoria", argumenta Beceiro.
Julián Lamas, de 31 años y vinculado a la Universidad de Santiago, está cerca de terminar su tesis en el área de Informática, en la que lleva trabajando más de cinco años. Hace meses que se estaba pensando lo de marcharse a Europa; guardaba en el cajón una oferta que le habían hecho en su día precisamente durante una de sus estancias en el extranjero.
"Precisamente me voy mañana a Alemania porque aquí no tengo opciones. Hace un tiempo me habían ofrecido un contrato de seis meses para continuar con mi trabajo allí, en Berlín, y llegó el momento. Volví a contactar con ellos y acepté ir", expresa este joven al que le apasiona su campo de estudio: "optimizo algoritmos para ejecutarlos en tarjetas gráficas".
¿En qué consiste? "Suele utilizarse para calcular muchos datos, por ejemplo, en imágenes médicas porque permite segmentar e identificar áreas con un significado especial, ya sea para reconocer un órgano u otra cosa. Las tarjetas gráficas son una solución más asequible que un supercomputador", comenta. Lamas se centrará ahora en el proyecto y sacará tiempo, al menos ese es su propósito, para terminar la tesis. "Le di un buen empujón este verano porque sabía que iba a irme. Quizás aquí me ofreciesen un contrato por un mes o dos pero es demasiado inestable. Me da pena dejar a mi familia y a mis amigos pero ya lo he decidido", concluye.
Tras siete meses en el paro, Noelia Cotón consiguió un contrato de tres meses en su universidad (la USC) "con cargo a proyecto". Tiene 29 años y su seguridad laboral en estos momentos tiene un horizonte, que se llama diciembre. "A partir de diciembre, mes en el que se me acaba este, a ver qué hago; algo tendré que decidir, claro. No descarto irme a un país de Europa. De momento a tirar hasta finales de año", explica esta joven santiaguesa.
Su rama de conocimiento es la Física y su área de investigación durante los últimos seis años "superconductividad y materiales". "Me gustaría quedarme aquí, si no es en la universidad en alguna empresa relacionada, que me permita desarrollar la rama de materiales, por ejemplo. Las cosas no están bien. Tengo varios compañeros que se han ido y se preparan para irse", apunta Noelia, que durante un tiempo representó a Precarios Galicia. Precisamente en 2009 Noelia Cotón, en nombre de Precarios, alertaba de que se habían reducido las becas y contratos para investigadores y tecnólogos "en un 64%; es normal que a la gente le asuste dedicarse a la ciencia", comentaba Noelia a FARO cinco años atrás. "En 2007 en Galicia hubo 644 becas y contratos, en 2008 unas 586 y en 2009 llegó a 230" en el marco del anterior plan de I+D, añadía.
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