Hacienda excluye de la exención del céntimo sanitario a 8.000 pequeños transportistas

La Xunta alega que una norma estatal solo permite devolver la subida de 1,2 a 4,8 céntimos por litro a vehículos de más de 7,5 toneladas de masa autorizada - El sector denuncia que afecta a "los más débiles"

D. DOMÍNGUEZ | SANTIAGO

Unos 8.000 vehículos de transporte en Galicia, de los que un 40% pertenecen a empresas ubicadas en Pontevedra, quedan fuera de la exención de la subida del céntimo sanitario que la Xunta había anunciado para el sector después de elevar este impuesto, a partir de 2014, de los 1,2 céntimos por litro de gasóleo a 4,8 para "homogeneizarlo" a las comunidades que también cuentan con este gravamen. La Consellería de Facenda justifica esta decisión en la normativa estatal de la Agencia Tributaria, que establece la devolución de lo recaudado con ese impuesto a aquellos vehículos autorizados con "un peso máximo autorizado igual o superior a 7,5 toneladas". "Aplicamos el mismo criterio que en el resto del Estado", explican desde ese departamento en alusión al artículo 52 bis de la Ley 38/1992.

Esos 8.000 vehículos, según el sector, quedan por debajo de ese umbral de masa máxima autorizada y, por tanto, sufrirán un aumento en el impuesto autonómico sobre el combustible del 300% a partir de enero.

Desde el año 2004 hasta ahora el litro de gasolina estaba gravado con 2,4 céntimos para financiar la sanidad y el de gasóleo con 1,2, sin fijar ningún criterio de devolución a nivel autonómico. Pero el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo decidió elevar la carga impositiva de ambos hasta los 4,8 céntimos para equipararse a las trece comunidades que aplican este impuesto y así lograr 53 millones de euros.

Durante la explicación de la medida, el departamento de Elena Muñoz sostuvo que el sector del transporte quedaría exento de la subida para no dañar su competitividad. Cada transportista pagaría en la gasolinera su combustible y luego se le devolverían los 3,6 céntimos por litro de ese incremento con un consumo máximo de 50.000 litros por vehículo y año. Esa medida no afectará a pequeñas furgonetas de reparto y camiones con una masa autorizada máxima de 7,5 toneladas. El sector censura esa decisión. "Las empresas con flotas de furgonetas que, ejemplo, realicen el transporte de material a farmacias pagarán lo mismo que un turismo. Yo mismo tengo una flota que realiza 17.000 kilómetros diarios en esa situación", explica Ramón Alonso, presidente de la Asociación de Empresarios de Transportes Discrecionales de Mercancías de Pontevedra (Astranspo-CETM). "A la flota de menos de 7.500 kilos de MMA se les aplica una subida que les impedirá competir en igualdad de oportunidades con empresas de otras comunidades o de Galicia", añade.

Fetram (Federación Empresarial de Transporte por Mercanías) coincide en sus quejas. Su presidente, Fernando Teijeiro, alega que "todos los vehículos cuentan con autorización" y no entiende la diferenciación entre la masa máxima de 7,5 toneladas, por lo que pide a la Xunta que arbitre un mecanismo que permita a estos evitar el aumento de 3,6 céntimos por litro cada vez que repostan. "Las empresas con camiones pequeños o furgonetas son las más débiles. Los grandes realizan enormes trayectos y pueden repostar en comunidades con otro régimen, pero estas no", comenta. "No han calibrado las consecuencias de la subida y del sistema devolución a los vehículos de más tamaño. Hemos pedido una entrevista con el presidente de la Xunta para analizar el tema y si en una semana no tenemos noticias convocaremos al sector para ver qué hacemos", explica el presidente de una federación que engloba al 20% de los miembros de Comité Galego do Transporte, donde el 62% corresponde a Fegatramer. Este diario intentó sin éxito conocer la opinión de esta.

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