Tres agentes policiales que acompañaron al maquinista Francisco José Garzón en los momentos posteriores al accidente de ferrocarril del pasado mes de julio en el que fallecieron 79 personas testificaron ayer ante el juzgado de instrucción número tres de Santiago. Relataron al magistrado Luis Alárez sus primeras palabras y su máxima preocupación por lo que había sucedido.

Dieciséis días después de que descarrilase en Santiago el tren Alvia entre Madrid y Ferrol, el juez Luis Aláez tomó declaración a dos agentes que acompañaron al maquinista, Francisco José Garzón, en los primeros instantes tras el accidente y también a un tercer policía que lo custodió. En su paso por el calabozo, como ya contó FARO DE VIGO, el conductor que está imputado por homicipio por imprudencia profesional no se cansaba de decir que "no quería matar a nadie" y que fue "un accidente". Entre sollozos aseguraba que le daba igual ir a la cárcel, y que temía que su madre se muriese "del disgusto" con el suceso.

Declaraciones breves

Las declaraciones de los agentes policiales fueron breves y, de hecho, el último agente citado a declarar se presentó en el juzgado antes de la hora en que había sido convocado por lo que, al haber acuerdo entre las partes, se aceleró su testimonio y la sesión terminó más de una hora antes de lo inicialmente previsto.

Aunque no trascendió el contenido de la declaración de los agentes, fuentes jurídicas indicaron que los policías testifaron sobre lo que ya habían hecho constar en el atestado previo.

Un día antes ya habían pasado por los juzgados de Santiago los dos vecinos de Angrois que también hablaron con Garzón justo después del siniestro. Los dos vecinos ya habían adelantado a los periodistas el tormento del conductor al ser consciente de la tragedia que había desencadenado. El maquinista confesó un exceso de velocidad a los vecinos que luego volvió a reconocer ante el magistrado, aunque no supo explicar por qué se despistó y entró a 195 km/h en una curva en la que debía ir a 80 km/h. En una segunda declaración y después de que trascendiese el contenido de las cajas negras, admitió ante el juez de forma voluntaria que estaba hablando por el móvil corporativo de Renfe con el revisor del tren justo antes del siniestro.

Tras el testimonio de ayer de los tres policías, y del del jueves de los vecinos del barrio de Angrois que auxiliaron al maquinista y también del jefe de estación de Santiago, las nuevas declaraciones de testigos se posponen hasta el próximo día 19.

Para esa fecha están llamados el guardia de seguridad del tren siniestrado, así como el maquinista que hizo el trayecto anterior al que se produjo el accidente y un operario de Renfe que viajaba junto al interventor.