El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) instaló el jueves un sistema que frena los trenes si estos superan los 160 km/h a 4,4 kilómetros de la curva de Angrois, donde de manera temporal además ha limitado la velocidad a 30 km/h, 50 menos de lo habitual, y en la que el Alvia que conducía Francisco José Garzón el día 24 descarriló a 179 km/h. Se trata de las primeras respuestas a la tragedia en que murieron 79 personas y responden alas primeras recomendaciones lanzadas por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios, tras empezar a analizar lo sucedido en Angrois. Algunas son de carácter permanente y otras temporales, según el Ministerio de Fomento.

El punto donde ha actuado Adif es el previo al lugar del siniestro en la ruta entre Ourense y Santiago. El jueves instaló una baliza en el punto kilométrico 79,769. En ese trayecto funcionaba hasta ahora una variante del sistema ASFA que solo frenaba el tren si este circulaba a más de 200 km/h. El Alvia siniestrado viajaba por debajo de esa velocidad. Ahora, a 4,4 kilómetros de la curva el tren frenará si viaja a más de 160 km/h hasta situarse en esta velocidad.

El funcionamiento de la nueva baliza es similar al del sistema ERTMS, instalado desde Ourense hasta poco antes del kilómetro 79 del trayecto a Santiago, pero problemas informáticos han provocado que no esté activado en los Alvia como el accidentado, si bien Renfe ha asegurado que lo activará este año. Además, desde Adif indican que la diferencia entre las nuevas balizas ASFA y el ERTMS -que también frena automáticamente el tren si va a más velocidad de la debida- son informáticas y que este último es más complejo de instalar. El funcionamiento de un freno automático en función de la velocidad de la vía hubiera evitado el siniestro.

Esta no es la única novedad en este trazado. En el kilómetro 81,669, apenas a 800 metros del lugar del accidente, Fomento también ha instalado otra baliza, pero de las que únicamente emiten una señal acústica, y un cartel que limita la velocidad de paso a 30 km/h -hasta ahora estaba limitado aquí el paso a 80-. Esta limitación tendrá carácter temporal, según fuentes de Adif.Es una práctica habitual mientras se realizan reparaciones y se comprueba que el estado de la infraestructura es el idóneo. Unos metros antes, otra baliza ya indica la limitación de velocidad a 60 km/h.

Estas medidas van en la línea de las que propone la Comisión de Investigaciones de Accidentes Ferroviarios (CIAF), dependiente de Fomento, en su avance de recomendaciones tras analizar el siniestro de Angrois. Esta aboga por solucionar la falta de un filtro entre el fallo humano y el exceso de velocidad. El maquinista Francisco José Garzón circulaba a más del doble de velocidad de la permitida (179 km/h) cuando descarriló. Su "despiste" no contaba con ningún elemento mecánico que salvase esa distracción, pues nada frenaba el tren si no superaba los 200 km/h y ninguna señal a pie de vía le recordaba esa limitación de velocidad.

La CIAF apuesta ahora por "asegurar que todas las reducciones de velocidad máxima programadas en plena vía, entre estaciones, a partir de un cierto rango, estén señalizadas en la vía".

Además, recomienda "en estas situaciones la implantación progresiva de balizas ASFA que controlen la velocidad de los trenes, de modo que se asegure su inmediato frenado en el caso de rebasar la velocidad máxima". Este tipo de balizas son las que Adif instaló el jueves a 4,4 kilómetros de Angrois y fuentes de este organismo aseguran que su instalación "se generalizará" en el resto de la red.

Adif ya anunció esta semana que revisaría "todos sus protocolos de seguridad" y, según Fomento, ha pedido a sus técnicos que revisen "aquellos tramos de la red que puedan presentar características similares; en especial aquellas zonas de transición a la red convencional y en los trayectos de integración en núcleos urbanos". Como el de Angrois.