Técnicos y policía científica ultiman el informe que analiza el contenido de las dos cajas negras del tren Alvia para entregárselo al juez probablemente a lo largo del día de hoy. El resultado de esta investigación arroja novedades con respecto a la primera información que se aportó sobre el accidente puesto que se ha concluido que el Alvia circulaba a 197 kilómetros por hora y no a 192 como se había apuntado en un principio. Cuando el maquinista se dio cuenta de que estaba entrando en una curva con velocidad limitada a 80 kilómetros por hora intentó frenar, pero era demasiado tarde. El convoy descarriló finalmente a 179 kilómetros por hora.

El impacto se produjo a mayor velocidad de la que se había señalado inicialmente. El último registro recogido por las cajas negras, que se abrieron el pasado martes, marcaba 153 kilómetros por hora, lo que hizo pensar a los investigadores que ésa era la velocidad a la que había descarrilado el tren.

Sin embargo, según fuentes de la investigación, un análisis más detallado revela que la caja negra pudo seguir registrando datos después del siniestro. De manera que los 153 kilómetros por hora no serían una información fiable. Sus cálculos apuntan a que el Alvia se estrelló circulando 26 kilómetros por hora por encima de esa cifra.

El tren estaba dotado de dos cajas negras. Una en la cabeza motora y otra en la cabeza de cola. Su contenido permaneció bajo custodia policial hasta que el martes fue entregado al juez. Todo su contenido fue volcado en los ordenadores del juzgado y se hizo un primer análisis de los datos registrados.

Sin embargo, tal y como explican desde el TSXG, estas cajas negras contienen parámetros técnicos que es preciso analizar y estudiar con detalle para extraer finalmente conclusiones sobre las circunstancias en las que se produjo el accidente. En la elaboración de este informe detallado participan miembros de la policía científica, así como los técnicos de Adif y Renfe. La intención es presentar unas conclusiones unánimes ante el juez que eviten que surjan interpretaciones diferentes sobre los datos de las cajas negras.

Aunque, en un principio, estaba previsto que este informe estuviese concluido ya ayer, el TSXG informaba a última hora de la noche que los investigadores todavía no habían finalizado sus trabajos.

Sus conclusiones serán determinantes en la investigación abierta por el juez Luis Aláez para determinar las causas del siniestro. Según los primeros datos extraídos de las cajas negras, pudo saberse que el maquinista recibió una llamada procedente del interior del tren dos minutos antes de descarrilar. Los registros permitieron revelar igualmente que el conductor del Alvia, Francisco José Garzón, intentó frenar en el último momento. A pocos segundos de descarrilar activó incluso el freno de emergencia. Pese a ello, solo logró reducir su velocidad desde los 197 kilómetros por hora hasta los 179.

Aunque los trenes ya circulan por la vía siniestrada, Adif ha decidido limitar temporalmente la velocidad en ese tramo a 30 kilómetros por hora. Según explican, se trata de una práctica habitual cada vez que realizan reparaciones. Se trata de una medida de precaución hasta comprobar que el estado de la infraestructura es el idóneo y permite velocidades mayores