Francisco José Garzón Amo nunca pensó que la broma realizada en una red social el año pasado pudiese convertirse en una pesadilla unos meses después, cuando se transformó en protagonista de una de las mayores catástrofes de la historia de Galicia. Sucedió el pasado miércoles poco antes de las nueve de la noche. En ese momento, el Alvia que conducía desde Ourense, donde había tomado el relevo de su compañero, se salía en una curva a escasos kilómetros de Santiago y provocaba 80 muertos. En su declaración policial, aseguró que el convoy circulaba a más de 190 kilómetros por hora, más del doble de lo establecido para tomar la curva del siniestro.

En su perfil de Facebook, este maquinista de 52 años, con tres décadas de experiencia, colgó una foto del velocímetro de un tren como el siniestrado que marcaba los 200 kilómetros por hora, si bien estos modelos puedan alcanzar los 230 y en el tramo del trayecto entre Ourense y Santiago la velocidad a que debe circular es 220. Su broma en esa red social, en la que se borró su perfil poco después del accidente, generó ayer gran polémica en la red y los medios. Al comentario de una persona que le dice "Como te pille la Guardia Civil te quedas sin puntos jejeje", Morán responde: "Qué gozada sería ir en paralelo con la Guardia Civil y pasarles haciendo saltar el radar. Jeje, menuda multa para Renfe, jeje".

La alusión al adelantamiento de la Benemérita mientras cumplía con la velocidad fijada para su tren se convirtió ayer en un guiño macabro hacia un trabajador de Renfe que dio negativo en la prueba de alcoholemia realizada tras el accidente, según fuentes de la compañía ferroviaria.

Además, generó gran polémica en las redes sociales entre quienes vinculaban su broma en Facebook con el siniestro, y quienes rechazaban establecer una relación causa-efecto, especialmente antes de conocer los motivos por los que el tren circulaba a una velocidad mayor de la debida.

Fue el propio Garzón, natural de Monforte y residente en A Coruña, quien aseguró por radio que había tomado la única curva en la línea entre Ourense y Santiago tras 80 kilómetros en línea recta a 190 kilómetros por hora. Los testigos y heridos también avalaban esa sensación.

Tras el impacto, atrapado aún en la cabina, el maquinista contactó con radio con el centro de control para trasladar su estupefacción. "Descarrilé y ahora qué voy a hacer", apuntó, según confirmaron las fuentes consultadas. En ese momento todavía no conocía la magnitud de la tragedia, en la que perdieron la vida 80 personas y 95 permanecen heridos, más de treinta de ellos en estado crítico.

La declaración del maquinista, sin embargo, deberá ahora arrojar luz sobre el motivo por el que circulaba a esa velocidad y si se trata de un solo fallo humano o de una concatenación de errores tanto humanos como técnicos. Además, deberá establecer si circulaba a esa velocidad antes de tomar la curva y si no pudo frenar por algún motivo.