Tráfico se propone acabar con la impunidad con la que cuentan los conductores extranjeros en las carreteras gallegas. Para ello ha puesto en funcionamiento en dos puntos de la A-52, en A Gudiña y Ribadavia, un sistema pionero de radares que permite interceptar en el momento a los infractores foráneos que pisan más de la cuenta el acelerador. En los cuatro meses que lleva activo este dispositivo en la provincia de Ourense, limítrofe con Portugal, la Guardia Civil denunció a una treintena de conductores extranjeros. "El anuncio de la puesta en funcionamiento de este sistema ha contribuido a disminuir el número de infractores", admite el jefe de Tráfico de A Coruña y coordinador de los centros territoriales de Galicia, Pedro Pastor.

Para tratar de reducir el elevado número de infractores extranjeros que se van de rositas en Pontevedra, en su mayoría vecinos del país luso, la DGT pondrá en marcha antes del verano cuatro nuevos dispositivos en la A-55, la autovía que une Vigo y Tui. "Hay algunos radares en los que los infractores extranjeros suponen el 60% del total", apuntan desde el Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste.

Los datos hablan por sí solos. En A Gudiña, una de las puertas de entrada a Galicia desde la Meseta, 300 conductores extranjeros cazados a velocidad excesiva en el primer semestre del año pasado se libraron de la sanción por residir fuera de España. En agosto del año pasado, fue interceptado un conductor extranjero a 245 km/h en la A-52, a su paso por Ribadavia. La dificultad de Tráfico para identificar al infractor extranjero y, por tanto, localizarle para el cobro de la multa, llevó a la DGT a utilizar este sistema que intercepta en el momento al infractor.

"Con el nuevo sistema intentaremos castigar todos estos comportamientos, habituales sobre todo en verano en la provincia", apunta el jefe de Tráfico Ourense, David Llorente. Los infractores extranjeros, añade, suelen ser emigrantes de origen portugués que en época estival pasan la frontera por Verín. Las estadísticas de siniestralidad en la provincia reflejan el peso de conductores lusos que circulan por sus carreteras: dos de los 15 fallecidos este año en la red viaria eran lusos.

El dispositivo activado por Tráfico permite fotografiar la matrícula del infractor y enviarla a la patrulla de la Guardia Civil de Tráfico más próxima, que detiene el vehículo y notifica al conductor la infracción y el importe de la multa, que debe abonar al momento. Desde las Navidades pasadas, este sistema permitió interceptar a 21 infractores extranjeros a través del radar de A Gudiña y a cinco, desde el cinemómetro de Ribadavia.

El problema que supone tanto para la Administración central como para la local el cobrar las multas a los vehículos con matrícula extranjera está pendiente de resolución a nivel europeo desde hace años. El Parlamento Europeo aprobó el año pasado una directiva que refuerza el intercambio de información entre los países de la UE para asegurar que las sanciones llegan al domicilio de los infractores al margen de su nacionalidad. Los países disponen de dos años para transponer a su legislación a este cambio.