Aunque el mes de mayo no apunte maneras, y los meteorólogos también lo reconocen, habrá oportunidades para sacar el bañador del armario. Sobre todo los que vivan en el sur de la comunidad, en las Rías Baixas y Ourense. Pese a las alarmistas previsiones lanzadas por el canal francés Météo, que alertan de que Europa Occidental -España incluida- vivirá el verano más frío desde 1816 con entre uno y tres grados menos de media, la Agencia Estatal de Meteorología española (Aemet) discrepa y su homóloga gallega, MeteoGalicia, aunque deja abierta la posibilidad, cuestiona la fiabilidad de la previsión gala.

Para Francisco Infante, delegado de Aemet en Galicia, no hay que alarmarse porque el verano que espera a los gallegos será "normal". Eso significa, explica, con las "pocas precipitaciones que corresponden a la época estival, aunque algún día pueda llover, y temperaturas en general suaves en promedio" y "agradables" respecto al resto de las estaciones.

Los termómetros, afirma, oscilarán entre "los 20 y los 25º" en la comunidad, "temperaturas completamente aptas para la playa", y el mercurio alcanzará cotas "más suaves" en el norte. En el sur, en Pontevedra y, "sobre todo", Ourense, no será excepcional que "se superen los 35 grados de máxima". En el caso concreto de las Rías Baixas, "probablemente oscilarán entre los 25 y los 30º en muchos días del verano", sostiene, porque se trata de una estación estival "promedio" y en esa zona, como en Ourense, "el verano suele ser seco y con temperaturas agradables".

Con todo, advierte que el adjetivo "normal" valdrá para el promedio de junio, julio y agosto, pero que "puede haber mejores épocas que otras". "Aquí no ocurre lo mismo que en el Mediterráneo, donde el clima es monótono", alega Infante.

MeteoGalicia no ofrece previsiones a tan largo plazo, pero sí matiza que pronósticos como el francés "tienen una fiabilidad muy baja en estas latitudes". "Se puede cumplir o no, pero en esta zona la atmósfera cambia muy rápido y no se puede especular con qué ocurrirá más allá de diez o quince días", señala Juan Taboada, quien explica que los galos se basan en que la temperatura del Atlántico europeo es "más baja de lo normal", de lo que deducen, aplicando cálculos numéricos, un 70% de posibilidades de un verano frío. "Aunque se cumpla el pronóstico, eso de un año sin verano es una exageración. Lo comparan con 1816, pero entonces influyeron las cenizas de un volcán", añade. Aun así, admite que los británicos "se abonan a esta posibilidad", mientras los americanos, "no ven ninguna anomalía".

La frescura de mayo no tiene por qué crear precedente, afirma. "No hay ley de continuidad ni tampoco de compensación. Hay que esperar. Basta con que el anticiclón se acerque para tener días de sol al margen de la temperatura del Atlántico y eso puede pasar", afirma. No obstante, desde su web avanzan que este mes se despedirá con lluvias y temperaturas en general sin cambios.

El hombre del tiempo Santiago Pemán es más preciso e incluso pone al inicio de un verano en condiciones, con temperaturas que "harán honor a la estación": el 10 de julio. Para compensarlo, afirma, el sol se quedará un poco más y se podrá seguir tomando el sol al principio de octubre.