El Consejo de Ministros dio ayer luz verde a la séptima norma educativa en 37 años de democracia, una controvertida ley que llega precedida por la contestación social de buena parte de la comunidad educativa que hace solo una semana salió a la calle a manifestarse contra la apodada Ley Wert. El Gobierno pospuso su aprobación una semana e introdujo una serie de retoques para acomodarse a las objeciones que puso el Consejo de Estado. Se cambia el sistema de promoción, de manera que en ningún caso se podrá pasar con más de dos suspensos, pero tampoco podrán pasar de curso con dos asignaturas pendientes cuando se trate de dos materiales troncales, como lengua o matemáticas, o una troncal y una lengua cooficial.

Otra de las modificaciones introducidas es que los estudiantes podrán cursar a la vez Religión y su alternativa -Valores Culturales y Sociales en primaria y Valores Éticos en Secundaria-, que era una de las recomendaciones del Consejo de Estado, pero además la nota de ambas contará para la media del curso, y por lo tanto, también para optar a una beca.

"Es la ley más importante de la legislatura que tiene un doble cometido esencial, mejorar la calidad de la educación y la empleabilidad de los jóvenes", explicó la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría que compareció ayer acompañada del ministro José Ignacio Wert. El titular de Educación explicó además que el Gobierno adelantará el dinero del colegio privado a las familias que quieran que sus hijos reciban enseñanza en castellano y luego se lo descontará a Cataluña de la financiación educativa.

La Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), que ahora se tramitará en el Congreso, introduce cambios de calado en el sistema:

Reválidas. Los alumnos tendrán que pasar evaluaciones externas en cada nivel educativo. En Primaria se harán un examen a mitad de etapa (en 3º, con ocho años) y otro al finalizar, que será controlado por las comunidades autónomas. Aunque no lo pasen, podrán seguir estudiando (esto ha cambiado durante la tramitación). No ocurrirá lo mismo si suspenden la reválida de la ESO y del Bachillerato. Es obligatorio aprobarla para continuar estudiando y será el ministerio quien diseñará la prueba. Además las universidades podrán hacer pruebas de acceso para cada carrera.

Itinerarios. A partir de 3º de ESO, con 14 años, los alumnos tendrán ya que escoger optativas según quieran estudiar FP o Bachillerato y en 4º ya se separarán a los alumnos, según vayan a optar por una u otra alternativa.

Consejos escolares. Los consejos escolares, formados por padres, profesores y alumnos, pierden capacidad de decisión sobre los presupuestos, los proyectos educativos o la admisión de alumnos y sus votos pesarán menos en la elección de director.

Educación concertada. Se permiten las subvenciones a centros concertados, pero estos tendrán que justificar su modelo.

Bachillerato y FP. El bachillerato durará dos años y no tres, como se planteó en un principio. Además se reformará la FP enfoncándola más al empleo y se crea la Formación Profesional Básica -donde se les enseñará un oficio a los alumnos-, y a la que podrán acceder ya los estudiantes de 2º de ESO que hayan repetido dos veces. De ahí podrán acceder a un FP de grado medio.