El Impuesto sobre Bienes Inmuebles en Galicia siempre se aplicó por debajo de la media nacional. Los ayuntamientos, conscientes del impacto que la subida de la contribución provoca en los ciudadanos, apenas hicieron esfuerzos por actualizarlos. Así, resulta que el 70% de los municipios gallegos tenían una IBI sin actualizar desde antes del año 2002.

Eso provocaba que el 73% de los concellos (230) tuvieran el tipo impositivo del IBI urbano fijado en el 0,5 o menor incluso, lo que convertía a Galicia en la comunidad con el mayor porcentaje de todas, puesto que la media en que se aplica un tipo de gravamen del 0,5 o menor se sitúa en el 40% de los ayuntamientos.

El 37% de los municipios de la comunidad gallega tenían establecido un tipo del 0,4, mientras que en el conjunto del Estado solo lo aplican el 21% de los gobiernos locales.

Pero no solo el impuesto es tradicionalmente el más bajo de España, sino que también el valor catastral se encuentra muy debajo de la media de España. En 2010 el valor medio de un inmueble en Galicia era de 31.508 euros, cuando en el conjunto del Estado era de 54.923 euros, casi el doble.

Todo esto provocaba, al menos hasta la revisión al alza forzada por el Gobierno central, que los niveles recaudatorios del IBI estuvieran muy por debajo de la media estatal. Si en Galicia se pagaban 137 euros de Impuesto sobre Bienes Inmuebles por habitante, en el resto de España la cifra llegaba hasta los 214,7 euros.

Esto fue la razón de que con la medida del Ejecutivo de Rajoy, siete de cada diez concellos gallegos tuvieran la obligación de recargar el impuesto de la contribución y que en 130 de ellos, debido a llevar años sin actualizar el IBI, la actualización supusiera una subida de hasta el 50%.