-El carné por puntos, las reformas penales, la nueva Ley de Seguridad Vial, las campañas de la DGT y una mayor vigilancia de las carreteras han permitido reducir a la mitad los accidentes de tráfico mortales en Galicia. ¿Qué actitudes de los conductores gallegos son más difíciles de combatir?

-Más que qué hay que mejorar es quién debe hacerlo. Las cifras demuestran que la línea de trabajo es buena porque hay muchos conductores que han cambiado conductas de riesgo. Pero aún quedan conductores que, por desconocimiento o porque de manera voluntaria no quieren corregir esa forma de conducir, se ponen en peligro ellos mismos y a los demás.

-¿Cuál es el perfil del conductor que se resiste a cambiar?

-El problema del alcohol incide más en conductores varones de mediana edad. En la velocidad, el infractor más habitual es un varón joven, aunque las mujeres empiezan a adoptar las formas de conducir no correctas de los hombres. En cuanto a los peatones, el peso de los psicofármacos es más elevado que en el de los conductores. Cada vez hay más conductores de edad avanzada y eso se traduce en una pérdida de facultades y requiere prestar más atención.

-¿Se deberían endurecer los requisitos en la renovación del carné para conductores de edad avanzada?

-Lo que hay que hacer es el reconocimiento de una manera correcta. El sistema es amplio y cubre todas las posibilidades. Se trata de evaluar que las condiciones psicofísicas de una persona, independientemente de su edad, les permite conducir o no. Hay una franja en la que se puede conducir con determinadas restricciones. Se trata de establecerlas.

-El RACC acaba de publicar un informe sobre el estado de las vías en el que concluye que los siniestros de tráfico se reducirían hasta un 20% con una mayor inversión en el mantenimiento de la red. ¿Aprueba el estado de las carreteras gallegas?

-El grado de mantenimiento es bueno. La red de alta capacidad de Galicia es de las mejores del país. Pero tenemos una gran variedad de carreteras y lo que no se puede hacer es circular por una corredoira como si fuera una autopista. El mantenimiento siempre es mejorable. El problema que tenemos es que Galicia tiene unas vías de unas características muy peculiares: muy sinuosas y con un entorno peligroso. No es lo mismo salirse de una vía en la zona de Castilla, donde atropellas trigo o una vid, que en Galicia, con obstáculos más rígidos: árboles, postes? Correr tiene unas connotaciones poco apropiadas en este contexto.

-¿No se adecua la velocidad a las características de la vía?

-Muchos conductores, no. Se circula bastante deprisa; y eso es un riesgo en unas carreteras como las que tenemos en Galicia. Observo (en los conductores gallegos) una gran habilidad a la hora de manejar el vehículo, pero una resistencia importante al cumplimiento de la norma. Las normas están para hacernos la conducción fluida y segura, no para molestarnos.

-Comenta que los gallegos circulan por las corredoiras como si fueran por autopista. ¿Cuál es la evolución de las velocidades medias en la red viaria gallega en los últimos años?

-En carreteras de alta capacidad ha bajado. De 112-113 kilómetros por hora de media en 2005-2006 se ha pasado a 109-110 km/h. En las carreteras convencionales no solo tenemos que movernos en función de la velocidad legal, sino de la situación en la que nos encontramos. Por exceso de confianza a la hora de conducir no nos adecuamos a las condiciones de la vía.

-Tráfico ya tiene sobre la mesa la limitación a 130 km/h en tramos seguros de autopistas y autovías. ¿En qué trayectos gallegos se podrá circular a esa velocidad?

-Hay que esperar a la redacción definitiva del Reglamento. Desde la exposición al riesgo, en autopista o autovía es prácticamente la misma circular a 130 que a 120. En principio tendrá que ser en vías de alta capacidad con nulo índice de accidentalidad y que se pueda modificar la limitación a través de paneles variables. Habrá que ver la longitud del tramo y características.

-¿Cuál es la tasa en Galicia de muertos en accidentes de tráfico con alcohol en sangre?

-Tanto en conductores como en peatones se situaba hace años en un 30%. Sin embargo, el informe de 2012 revela que nos hemos ido a un 47,3% en conductores y un 51,22% en peatones. ¿Qué pasa? La gente ha reconducido sus hábitos a la hora de sentarse al volante y los infractores que quedan son aquellos conductores reacios a cambiar que suelen cometer varias infracciones al mismo tiempo: velocidad, cinturón, alcohol, teléfono móvil? Y sufren la mayoría de los accidentes. Por eso encontramos un porcentaje mayor con alcohol en sangre.

-¿Es el decomiso del vehículo la medida más efectiva para quienes delinquen al volante?

-Todo esto es progresivo. Es para multirreincidentes. Según vaya evolucionando se irá hacia otras medidas, como curar esa dependencia del alcohol.

-Ya hay jueces que están dictando planes de rehabilitación.

-Tiene que hacerse de manera voluntaria. La capacidad de reprimir conductas indeseables tiene un límite. Si sales a cenar, te bebes una botella de vino entre dos y te tomas una copa y das positivo, no vuelves a beber en mucho tiempo. Y si te sientas delante de un juez, seguro que no bebes nunca más antes de ponerte al volante. Si una persona reincide es porque tiene un problema de dependencia.

-Aún son muchos los conductores que se dicen "con una cerveza no pasa nada..."

-Probablemente con una caña o una copa no pase nada. Aunque también depende de cómo estés, tu tolerancia al alcohol y lo que hayas comido. El problema es que se suele llevar más de una. Si tú vas a cenar y te tomas una copa de vino, has cenado bien y la cena se prolonga, probablemente los efectos de esa copa hayan desaparecido. Pero si te tomas un chupito y luego unos cubalibres, darás positivo.

-¿Las nuevas tasas judiciales frenarán los recursos por sanciones de Tráfico?

-Hay que tener mucho ánimo para recurrir al contencioso. Más del 90% de los procesos se resuelven dando la razón a Tráfico. No se suele condenar en costas, pero si se hace el coste del abogado y procurador es superior al importe de sanción. Por eso son muy pocos los que recurren al contencioso. Salvo sanciones muy graves o si se trataba más un tema de orgullo. No sé hasta qué punto puede influir a la hora de presentar o no recurso la nueva ley de tasas judiciales.