Los daños estructurales del Prestige como causa del accidente del 13 de noviembre de 2002 frente a las costas gallegas ha sido la tesis defendida por los peritos que testificaron desde mediados de febrero en el macrojuicio sobre la catástrofe ambiental que se celebra en Expocoruña. Para los expertos propuestos por la defensa del capitán del buque, Apostolos Mangouras, y por la propietaria, Mare Shipping, el barco estaba en buenas condiciones el día del siniestro y atribuye la tragedia a la meteorología y a "una ola excepcional".

El ingeniero naval Tony Bowman declaró ayer que se produjo un "colapso" de la embarcación desde fuera hacia dentro que relaciona con fuerzas externas creadas por una ola. Descartó que ese día el Prestige presentase defectos en la estructura que impidiese llevarlo a un lugar seguro. El fundador de la empresa TCM Marie Consultants, especializada en investigación de siniestros marítimos, rechazó también que el armador cometiese algún tipo de negligencia durante la última inspección que pasó en China en mayo de 2001 y tras la que la clasificadora ABS autorizó su navegación.

El perito Charles Cushing, que en su día formó parte del comité técnico de ABS, denunció el pasado 28 de febrero en el juicio que el Prestige salió de los astilleros peor de lo que entró debido a que fue sometido a reparaciones "inapropiadas" mientras que las que necesitaba no se realizaron.

Bowman negó estas críticas y considera que ABS es "la más exigente del mercado" en este tipo de controles. Rechazó además que en las últimas revisiones se colocasen en el buque refuerzos más pequeños que el tamaño requerido, tal y como había denunciado el ingeniero Charles Cushing.

"Nunca he oído tal cosa en mi carrera y un inspector de clasificación no llevaría a cabo una operación así", señaló el perito de la defensa, quien añadió que según su informe Prestige, fallo estructural el 13 de noviembre y posterior hundimiento no existen evidencias en el pecio de ningún refuerzo como los que se denuncian.

El experto también descartó la hipótesis manejada por otros compañeros de profesión que relacionan el accidente con la rotura de un mamparo del buque porque, en su opinión, los soportes del tabique están diseñados para aguantar "la flexión longitudinal del casco", tal y como refleja su documento en el apartado donde aborda los movimientos que soportó el barco.

Los peritos que hasta ahora han declarado en el macrojuicio del Prestige tampoco han coincidido en su postura sobre la decisión del capitán de llenar los tanques con agua para corregir la escora de 25 grados provocada por el accidente, y mientras unos apoyan esta medida otros la critican por incorrecta.