El primitivo Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), impulsado hace 35 años con las aportaciones de las propias entidades para blindar el ahorro en caso de quiebras, acumula tantos cambios durante esta larga crisis como bandazos sufrió la reestructuración financiera. Primero, con la unificación de los tres que existieron inicialmente en un solo instrumento de salvaguarda de las cuentas de la clientela, a lo que siguió su capacidad para respaldar las subastas de antiguas cajas intervenidas. El último cambio llegó ayer. Esperado. El Consejo de Ministros aprobó un real decreto ley que incluye la modificación necesaria para usarlo como garantía de liquidez, un compromiso público del Gobierno, para los afectados por los híbridos de capital de carácter perpetuo de Novagalicia y CatalayunBanc, que tras la quita prevista por el FROB como imperativo de Bruselas para hacerles partícipes de los rescates de ambas entidades, recibirán a cambio acciones convencionales. Sin cotización en Bolsa, a diferencia de Bankia, la posibilidad de venderlas es nula. Con lo que el FGD las adquirirá, pero probablemente no antes de junio y con un segundo descuento, según dejaron entrever ayer fuentes del FROB, ante el "algún coste" que tendrá la operación porque el Fondo de Garantía tiene que repercutir también "esa falta de liquidez" para él.

Lo que el ministro Luis de Guindos presentó como una compra "a valoración de mercado" tras el anuncio de que la banca sana afrontará una derrama extraordinaria de entre 1.500 y 2.000 millones de euros al FGD para dotarle de recursos. Porque está prácticamente agotado tras las ayudas concedidas en la puja por la CAM y Unim. Los Esquemas de Protección de Activos (EPA) que recibieron Sabadell y BBVA, respectivamente, en las operaciones. La inyección prevista no llegará, sin embargo, hasta los primeros veinte días del próximo 2014. Y será un 40% del total, que el titular de Economía dejó más cerca de los 2.000 millones que de los 1.500.

¿Es posible entonces que el FGD pueda adquirir el capital de la entidad gallega y la catalana que se les entregue a los afectados de estos complicados productos financieros este mismo verano? "Habrá suficientes recursos", aseguran en el FROB, que, en todo caso, matizan que las decisiones y el calendario partirán del Fondo de Garantía, con naturaleza jurídica propia y de carácter privado. De hecho, la función del real decreto diseñado por el Ejecutivo es "darle potestad" para hacerlo.

A De Guindos se le preguntó expresamente cuándo estaría lista esa liquidez. Él evitó las fechas. "A los preferentistas ya se les está dotando de liquidez con el arbitraje en curso", respondió, con la intención de que la comisión de seguimiento que se va a crear precisamente para supervisar la conciliación en Consumo de los afectados de todas las nacionalizadas favorecerá "procedimientos especialmente rápidos para los casos que consideremos colectivos más vulnerables". Serán prioritarios, según el Gobierno, tanto para ir al arbitraje como para vender las acciones.

El resto de la derrama -unos 1.200 millones, en caso de que llegue a la cifra máxima- vendrá "dentro de un plazo máximo de siete años". El total supone un tres por mil sobre los depósitos computables, que se reparten en función de cada entidad, precisamente, con respecto al volumen de ahorro captado individualmente.

Pero la regla incorpora muchas excepciones. Novagalicia, CatalunyaBanc y Bankia no pondrán dinero. A aquellos bancos o cajas que cuenten con menos de 5.000 millones de euros en depósitos se les reducirá la aportación un máximo del 50%. Por último, todas las entidades que sean accionistas de la Sareb podrán beneficiarse también de una deducción de hasta el 30% sobre las cantidades invertidas, ya sea con acciones o con la suscripción de la deuda emitida. Todo un golpe al BBVA, el único de los grandes que se negó a entrar en el llamado banco malo, pese a que fue uno de los que se apuró a confirmar que lo haría pese a no convencerles el proyecto.

Para evitar que el FGD incurra en un agujero patrimonial, los 2.000 millones de euros quedarán reflejados en su balance una vez recibido el 40% del tramo inaugural. Y, aunque De Guindos no lo comentó en su comparecencia tras el Consejos, la nota oficial incluía otra importante novedad. Que el Fondo de Garantía podrá ser accionista de la Sareb para "colaborar en la financiación".

Un sector incómodo

Desde el primer momento en el que se conoció, hace ya meses, la posibilidad de emplear el FGD como herramienta de liquidez a los afectados en las preferentes, la gran banca mostró su total rechazo a la medida. Como en las últimas subastas, el coste volvía a recaer sobre ellos. Las quejas fueron incensantes a medida que el plan avanzaba. En voz baja. Salvo desde el Popular, que abiertamente mostró ayer sus reproches en lo que supone un apoyo a medias a la decisión. "Aunque las participaciones no son un problema de Banco Popular, y probablemente habría que haber adoptado soluciones que no implicasen a entidades que no generaron esta situación -asegura el grupo presidido por Ángel Ron-, en Banco Popular consideramos que, si la decisión del Gobierno es útil para solucionar un problema de una parte de la ciudadanía, parece necesario aceptar esta medida".