El mensaje de Vence, de tono académico, abrió la puerta a iniciar un proceso de acercamiento con los escindidos del Bloque en el último año, si bien marcó de nuevo distancia con Izquierda Unida. Su tono, sin embargo, contrastó con la vehemencia de Guillerme Vázquez, portavoz nacional saliente, que denunció una campaña contra el Bloque. "No es fácil resistir una arremetida que desde dentro y desde fuera estuvo dirigida a hacer saltar por los aires a la organización, pero resistimos", espetó.

Vázquez, portavoz nacional desde 2009, vinculó la pérdida de cinco escaños en las pasadas autonómicas con esas estrategias, que realizaron "bombardeos largos y despiadados" contra el Bloque. A la hora de repartir culpas, señaló a los escindidos. "Creo absolutamente legítimo abandonar el BNG, también digo que el proceso no fue honesto, no fue honesto enmascarar ese abandono tras todo tipo de excusas y pretextos para esconder la única causa objetiva: la escisión es consecuencia de diferencias políticas e ideológicas hoy visibles", espetó en alusión bien al pacto con fuerzas estatales de Beiras, bien al centrismo de Compromiso.

El cónclave, de nuevo con presencia de partidos nacionalistas catalanes y vascos, vivió el momento emotivo cuando se cantó el Grándola, vila morena mientras intervenía una diputada del Bloco de Esquerdas luso.