La asamblea de Amio del año pasado fue la cumbre del pulso a la UPG, siempre hegemónica en el frente de partidos que es el Bloque, de sus rivales. Desde entonces y tras la salida de Beiras y la desintegración de Máis Galiza, ya no quedan contrapesos a la histórica U, que en la nueva dirección se garantiza el control, sin corrientes que ejercían de contrapeso interno, si bien está rodeada de independientes.

Vence compatibilizará su puesto de portavoz nacional con sus clases universitarias, por lo que será el exdiputado Bieito Lobeira, de la U y aclamado ayer por la militancia, quien llevará el día a día de la organización. En la ejecutiva de quince miembros Lobeira no estará solo, sino que lo acompañarán el secretario xeral de la UPG, Néstor Rego; Francisco Jorquera; Montse Prado y Rosana Pérez, todos de la U.

Eso sí, también combina esa presencia con la de independientes que, según Vence, demuestran que "existe banquillo" en las filas nacionalistas. La ejecutiva está formada también por Goretti Sanmartín, Ana Miranda, Rafael Vilar (líder de MGS), Ximena González, Xabier Campos, María do Mar Vila, Xosé Antonio Rubal, Saleta Chao y Adrián Dios.

El cónclave de ayer, que avaló con un 85% el informe de gestión de la dirección saliente, aprobó también el relatorio político que afila el discurso soberanista como única receta posible para salir de la crisis. Sin tomar las propias decisiones, no es posible revelarse contra los mercados es el argumento de su tesis.

El cónclave fue el último en primera línea para Carlos Aymerich, que hoy abandona el Parlamento en desacuerdo con el rumbo de la formación. Su corriente Abrente queda muy debilitada a partir de ahora, como la oposición interna a la UPG.