La crisis también pasa factura a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El tijeretazo presupuestario obliga desde hace ya un par de años a los policías nacionales a rascarse su propio bolsillo al tener que comprarse prendas de seguridad como chaleco antibalas o guantes anticorte.

A esto se suma la "desmotivación" de los agentes por la rebaja salarial a los funcionarios. Desde que el Gobierno aprobó este recorte, los policías han dejado de actuar de motu propio y se limitan a intervenir en casos de delitos. Esto se ha traducido en una drástica caída de las sanciones relacionadas con la seguridad ciudadana y las identificaciones. Hasta un 50%, según estimaciones del Sindicato Unificado de Policía (SUP).

Y un tercer asunto que está afectando a la seguridad ciudadana es la menor presencia de agentes en la calle para prevenir la posible comisión de un delito. Según advierten desde el SUP, ahora apenas hay patrullas policiales en la calle ya que los agentes tienen que atender cuestiones de actualidad relacionadas con los conflictos sociales. "Ahora prácticamente todos los días hay manifestaciones por el tema de las preferentes o los desahucios. Eso impide tener a patrullas en la calle porque hay que estar vigilando las protestas. Eso afecta a la seguridad ciudadana", advierte desde el SUP, su secretario, José Freire.