En el juicio del Prestige declaró ayer el capitán de Marina Mercante, José Manuel Fernández Hermida, nombrado perito judicial por el Juzgado de Corcubión, que instruyó la causa del petrolero. Este reconoció que de todas las posibilidades que había en el momento del accidente la que ofrecía más garantías era la de "abrigar" el barco en Corcubión, contra de la decisión del Gobierno de alejar el buque de la costa. Eso sí, precisó que esta posibilidad solo era posible en las primeras 24 horas tras el accidente registrado en noviembre de 2002.