Si ayer se pudo celebrar el pleno municipal de Mos fue porque la alcaldesa, Nidia Arévalo, exigió la presentación del DNI a los afectados que quisieran entrar a la casa consistorial. La Policía Local se encargó de ello. Unos pocos manifestantes accedieron a mostrar su DNI, pero la mayoría no quiso y los agentes les impidieron el acceso, por lo que debieron permanecer en la calle. Los dos concejales del BNG, en solidaridad, se vistieron con las camisetas naranjas de los afectados por las preferentes y se unieron a las protestas fuera de la casa consistorial.

Al no poder entrar la mayoría tampoco consiguieron su objetivo, que era evitar la celebración del pleno y obtener de la alcaldesa el compromiso de abandonar el PP si no se soluciona el conflicto y logran la devolución de sus ahorros.