El consenso es como la intención de cambiar de hábitos cuando arranca un nuevo año. Se habla mucho de él, pero se practica poco. En política, suele invocarse a diario desde la oposición y menos desde el poder. La tramitación de los presupuestos autonómicos para este año mostró esta cara de la res pública. El PP sacó adelante sus cuentas aceptando apenas 9 enmiendas de las 1.066 presentadas por la oposición y solo tres de ellas con cierto calado. Fue la conselleira de Facenda, Elena Muñoz, quien defendió la limitación de la colaboración con PSdeG, AGE y BNG, a los que pidió "sumar y no dividir". Unos segundos antes proclamó que sus enmiendas "carecen de realismo" para sacar de la crisis a Galicia.

La última jornada de tramitación parlamentaria de los presupuestos permitió escenificar los modelos antagónicos que proponen desde cada lado del hemiciclo para enterrar la crisis y comenzar una recuperación que, a través de la creación de empleo, dé un respiro a los casi 300.000 gallegos sin trabajo. La única enmienda pactada ayer entre PP y PSdeG permitirá destinar 5 millones al dique flotante de Ferrol, mientras que antes ambos grupos se aliaron para subir un 20% el impuesto de patrimonio a quienes tengan bienes por más de 700.000 euros. Ahí murió el consenso y resucitó la división.

Muñoz tomó la palabra para cerrar el debate y aseguró que el presupuesto de la Xunta, que con 8.479 millones es el más bajo desde 2006 y un 2,5% inferior al del año pasado tras los recortes de Moncloa, será la herramienta que permita a la comunidad "salir en primer lugar" de la crisis e "iniciar la senda de creación de empleo", así como ajustarse al 0,7% de tope de déficit fijado para este ejercicio.

Después, Muñoz se vistió el traje de batalla y lanzó ataques a la oposición, cuyas enmiendas "carecían de realismo e intención productiva". Fue la alusión al bipartito, sin embargo, la que agitó a sus rivales. "Escuché muchas críticas a políticas que hicieron de forma activa cuando estuvieron en el Gobierno. Hablar es muy fácil, difícil es hacer. En cuatro años no hicieron nada", espetó sobre la lucha contra el fraude y la reducción de gastos de gabinete por los que abogaban PSdeG, AGE y BNG. Para la conselleira de Facenda, la "estabilidad presupuestaria" es "indispensable" para la recuperación y "garantizar los servicios públicos".

La oposición arremetió contra el "dogma" del déficit cero y ofreció recetas opuestas a la austeridad del PP en una sesión cuya tensión fue in crescendo a medida que avanzaba el reloj y en la que se multiplicaron los roces entre diputados y entre los miembros de la oposición y la presidenta de la Cámara, una Pilar Rojo que retrató su estado ánimo con el micro abierto. "Voy a parar el pleno, pero ya", se le escapó. La sesión para aprobar las cuentas autonómicas duró casi seis horas. Después arrancó otro pleno, en este caso ordinario.

El socialista Abel Losada sacó a colación a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, y una de sus frases. "Dijo que no cumplía su programa, pero sí su deber. Lo que llama deber es una opción ideológica", arrancó antes de acusar a Muñoz de dar un discurso "desconectado de la realidad". Además, exigió una mayor inversión para rescatar a Galicia de la recesión en una intervención que concluyó con un puñetazo dialéctico ante el rodillo de la mayoría absoluta popular. "A un partido que no condenó la dictadura franquista le cuesta diferenciar entre poder legislativo y ejecutivo", espetó. "La gente está al límite y se sienten engañados", finalizó.

Xosé Manuel Beiras, portavoz de AGE, lamentó que el PP caminase por la senda de una filosofía económica que, en su opinión, ha generado la crisis por ceder un poder omnímodo al capital financiero y alertó, citando la protesta a las puertas de la Cámara, que el vaso del malestar social ya rebosa. "Puede llegar un momento en que reviente todo. Están creando el caos", acusó al PP. Además, dejó alguna boutade marca de la casa, al confesar sentirse "gilipollas" por no lograr que prosperase ninguna de sus enmiendas en un debate que es "una charcutería" donde los "chorizos entran hechos".

También vehemente se mostró Francisco Jorquera (BNG) al rebatir las recetas conservadoras a favor de la recuperación económica. "Serán los últimos en caer de la burra de que solo con recortes se sale de la crisis", dijo.

Por su parte, el popular Pedro Puy consideró enriquecedor el debate para plasmar sus diferentes puntos de vista.