Cuando aún pesa sobre el regidor de Santiago una imputación por presunto tráfico de influencias en la operación Pokemon y en medio de la fuerte crisis que atraviesa el gobierno municipal de la capital gallega, la justicia ha asestado un nuevo golpe a Ángel Currás. El alcalde de Santiago ha sido imputado por la titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Santiago, Ana López Suevos, por otro presunto delito de prevaricación y acoso moral a un policía local. Y junto a él, también ha sido imputado su antecesor en el cargo, Gerardo Conde Roa, quien precisamente había abandonado la Alcaldía tras la causa judicial abierta contra él por un supuesto delito de fraude fiscal al no haber abonado el IVA por la venta de unas viviendas.

La investigación se abrió a raíz de la denuncia de un funcionario de la Policía local que fue sancionado por la comisión de una infracción grave y otra leve por considerar que incumplió sus obligaciones al ausentarse del término municipal.

Este agente no ve justificada la sanción y cree que se trata de una represalia por no plegarse a supuestas presiones cuando Conde Roa aún era candidato a la Alcaldía para "hacer desaparecer" el atestado policial relativo al incidente protagonizado por Ángel Espadas -entonces número tres en las listas del PP a las elecciones municipales de 2011- que fue sorprendido durmiendo ebrio en su coche ante un semáforo.

La magistrada también ha imputado por estos mismos delitos al concejal de Seguridad Ciudadana, Albino Vázquez, y a la asesora para la coordinación de los cuerpos de seguridad en Santiago, Mar Hinojosa.

Tanto Currás como su predecesor Conde Roa aseguraron ayer que no tenían "ni idea" de su implicación en esta causa judicial.

Esta nueva imputación cae sobre una losa sobre la ya frágil estabilidad municipal de la capital gallega, que no solo ha tenido dos alcaldes en menos de dos años y los dos doblemente imputados, sino que atraviesa una dura crisis de gobierno por las diferencias entre los partidarios de Currás y los afines a Paula Prado, que aspiraba a convertirse en regidora tras la marcha de Conde Roa. La batalla interna se volvió más encarnizada a raíz de la implicación de Currás en la operación Pokemon que abrió una nueva brecha en el consistorio al incrementarse las tensiones entre el regidor compostelano y la otra imputada en la trama, la concejala Rebeca Domínguez, que se reprochan mutuamente la responsabilidad de una de las adjudicaciones bajo sospecha.

En el caso Pokemon, Currás declaró ya ante la jueza y no le impuso medidas cautelares. Esto le flanqueó el apoyo de la dirección del PPdeG para continuar al frente de la Alcaldía, al tiempo que el nombramiento de su rival, Paula Prado, como portavoz de los populares gallegos podría colocarla fuera del Ayuntamiento. A finales de esta semana esta previsto una reunión entre ambos para determinar el futuro político de Prado.

El Concello de Santiago celebrará precisamente el próximo día 31 un pleno extraordinario, solicitado por el PSdeG, para que Currás explique su imputación en la operación Pokemon.