Las opiniones en torno a la decisión de alejar el Prestige de la costa gallega centraron ayer la última sesión del juicio hasta mediados de enero. Pero al contrario que en jornadas anteriores, las discrepancias sobre cuál de las dos posibilidades que se barajaron en su día sobre el rumbo del petrolero fue la correcta vinieron por parte del mismo testigo. Pedro Luis Sánchez, jefe del Centro Nacional de Coordinación de Salvamento Marítimo en el año 2002, aseguró ayer que la posibilidad de abrigar en un puerto refugio el petrolero tras el aviso de emergencia era factible, a pesar de que apenas 24 horas antes había defendido ante el mismo tribunal que el barco "no tenía solución" y que alejarlo de la costa era "la mejor opción" porque la alternativa provocaría un daño "horroroso" a la costa.

"Se podía haber metido el buque en una ría pero con una maniobra delicada", reconoció Sánchez, que además de ostentar un cargo de responsabilidad en Salvamento Marítimo hace diez años también es capitán con experiencia en petroleros. La posibilidad de dirigir el barco a A Coruña era, en su opinión, "lo más fácil y efectivo", pero el barco "no podía entrar por las limitaciones de calado". Este obstáculo, con todo, podía haberse salvado "aligerando un poco" el peso con un vertido controlado de la carga, algo que no llegó a plantearse pero que Sánchez hizo con éxito a lo largo de su carrera.

En el momento del accidente, Sánchez admitió también haber comentado la opción del puerto refugio al director de operaciones de Sasemar, Jesús Uribe, pero no al entonces director general de Marina Mercante, José Luis López-Sors. La decisión de alejar el barco, matizó, la tomó el "consejo rector", en el que estaba el propio López-Sors.

No obstante y pese a admitir la posibilidad de conducir el Prestige a una ría y sus dudas sobre la capacidad de resistencia del barco, Sánchez se reafirmó de nuevo en su defensa del alejamiento, la tesis oficial que defiende Abogacía del Estado para negar la responsabilidad del Gobierno en la catástrofe. "El barco estaba en peligro de hundimiento", alegó Sánchez para justificar que el alejamiento era la mejor opción "para minimizar las consecuencias" y que de repetirse un caso similar "se volvería a hacer así". "Si se hunde cerca de la costa el desastre hubiese sido mayor", precisó el exjefe de Salvamento Marítimo, que cree que fue gracias a esta decisión a la costa francesa el fuel llegó solo "en forma de pelotillas".

El estado del buque en el momento del accidente y la posibilidad de que presentase una vía de agua desde hacía varios días también fueron objeto de críticas por parte de Pedro Sánchez y del otro testigo que declaró ayer.

"En caso de que el buque hubiese tenido una vía de agua, lo que en ningún caso pudo provocar la rotura del mamparo interno que separa la carga, Mangouras debería haber pedido la entrada en algún puerto de la ruta para reparar la avería", declaró el exjefe de Salvamento. En la misma línea, el subdirector general de Inspección Marítima de Marina Mercante, Alfredo de la Torre, aseguró ayer que el barco se encontraba en una situación "muy preocupante" con una grieta de "15 metros" por la que en 24 horas pudieron haberse vertido "20.000 toneladas" de fuel. La grieta, opinó, "debía de existir de antes" y aludió a la "debilidad" estructural del buque que durante seis meses fue utilizado como búnker en puerto, con el consiguiente daño en su costado y sin el mantenimiento requerido como petrolero. "Había riesgo de hundimiento", recalcó al ser preguntado por la defensa del capitán cómo explicaba entonces que el Prestige aguantase 6 días antes de hundirse.