Los conductores quieren pisar más el acelerador en autopistas y autovías. Su deseo está cada vez más cerca de convertirse en realidad. Y, en esta ocasión, cuentan con el respaldo de Tráfico. La revisión de los límites de velocidad que desde hace años reclaman los automovilistas ha llegado al Gobierno de la mano de un diputado del PP, Francisco Vañó, parapléjico desde que hace años sufrió un accidente de tráfico, que la semana pasada presentó una iniciativa para elevar de 120 a 140 kilómetros por hora la limitación en carreteras de peaje. Según argumenta Vañó, porque permitiría aumentar la utilización de las autopistas que la crisis ha convertido en deficitarias y porque los niveles de seguridad de esas vías son tan altos que ese incremento no implicaría un riesgo adicional.

El jefe de Tráfico en A Coruña y coordinador de los centros territoriales de Galicia, Pedro Pastor, y el jefe de Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico en la comunidad, el teniente coronel José Hermida, coinciden a la hora de apoyar la medida. El responsable de la DGT en Galicia reconoce que el aumento del riesgo en una autopista al subir de 120 a 140 km/h la limitación máxima sería menor que si ese incremento en 20 km/h se aplicase en las carreteras secundarias, donde se producen el 80% de los siniestros de tráfico mortales.

"El riesgo de sufrir un accidente en autopistas y autovías no es proporcional al incremento de la velocidad", defiende Pastor. No obstante, pone un pero a la revisión al alza de la velocidad en las vías rápidas: el efecto que puede tener en las carreteras convencionales. Del mismo modo que cuando se rebajó la velocidad el año pasado de 120 a 110 km/h en autopistas y autovías y eso se tradujo en un conducción a menos velocidad en las carreteras secundarias, Pastor teme que con el límite a 140 km/h también se pise más el acelerador en el resto de vías. "Eso sí que es preocupante. Si se materializa ese incremento en las autopistas, haremos una campaña de concienciación para que los conductores respeten las limitaciones en las carreteras secundarias", adelanta el responsable de Tráfico en Galicia.

Para el teniente coronel Hermida, elevar de 120 a 140 kms/h la limitación en autopista no supondría un incremento de la siniestralidad, aunque -advierte- "las consecuencias de un accidente sí que se agravarían". Las estadísticas confirman la afirmación del jefe de la Guardia Civil de Tráfico: cuando el margen de error de los radares era superior al actual y sus flashes no disparaban hasta alcanzados los 140 km/h la tasa de siniestralidad se mantenía en términos similares a la actual.

Pero las víctimas de tráfico no quieren oír hablar se revisiones al alza de los límites de velocidad. Su primer "no" lo dieron este verano, cuando el Ministerio del Interior anunció que una vez la situación económica lo permita variará la velocidad máxima en autopistas y autovías hasta 130 km/h con paneles variables según el tiempo y el tráfico. La presidenta de Stop Accidentes en Galicia, Jeanne Picard, es tajante: "Las carreteras no están diseñadas para correr sino para ofrecer una mayor seguridad. El binomio velocidad y seguridad no existe". "¿No se dan cuenta -se pregunta- de que se puede perder la vida por circular a más velocidad?".

Pero los conductores insisten en pedir límites de velocidad "creíbles" y que se "ajusten" a las características de la vía para respetarlos. El presidente de la Asociación de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, apoya la revisión al alza de los límites de velocidad, pero no solo en autopistas, como defiende el diputado del PP, sino también en las autovías. "En lugar de revisar los límites genéricos se deberían establecer limitaciones específicas adecuándolas a las características de la vía. Incluso habrá tramos por los que se pueda circular a 150 y, en cambio, otros, no se podrá subir de 120", defiende Arnaldo.