Los productores lácteos gallegos iniciarán una huelga indefinida de entregas a partir del día 27. La medida, planteada inicialmente para principios de mes pero que se pospuso para buscar un gran acuerdo entre los ganaderos, fue acordada ayer "por unanimidad" en el transcurso de una reunión "histórica", según los sindicatos, ya que, por primera vez, logró poner de acuerdo para convocar una huelga de entregas a la práctica totalidad de organizaciones, federaciones, cooperativas y asociaciones en torno a las que se agrupa el sector en Galicia.

La convocatoria, que tratará de cortar el abastecimiento a las industrias que operan en la comunidad, vendrá precedida por un calendario de movilizaciones "contundentes" que arrancará de inmediato, probablemente esta misma semana, con el objetivo de "poner freno al expolio inmoral e ilegal que cada día sufren los ganaderos gallegos", según informaron en un comunicado conjunto Unións Agrarias (UUAA), Xóvenes Agricultores (XXAA) y Sindicato Labrego Galego (SLG). Si la presión de las próximas semanas surte efecto y se convoca una mesa láctea "con voluntad constructiva", la huelga podría desconvocarse. "Pero si hay que llegar a eso, esta vez sí estamos dispuestos a ir todos juntos a la huelga", advierte Francisco Bello, secretario xeral de XXAA, que argumenta que "una situación insostenible, hace necesarias medidas drásticas".

Un grupo de trabajo con representantes de todo el sector volverá a reunirse hoy para concretar estas actuaciones, "decidir el cuándo y el cómo" y canalizar la información a los productores. "Van a ser medidas de presión duras y contundentes. Algunas las anunciaremos y otras lógicamente no, por su propia naturaleza", advierte un portavoz de UUAA, quien recuerda que los ganaderos "concentrarán sus actuaciones sobre todos los elementos que están distorsionando la cadena, pero especialmente en aquellas industrias y distribuidoras que utilizan a los ganaderos gallegos como rehenes, pagándoles menos que en Europa y en otros puntos del país".

El objetivo tanto de las movilizaciones como de la huelga es forzar a los primeros compradores a incrementar el precio que le pagan a las granjas gallegas, que desde enero han visto caer en picado la cotización de su producto pese al incremento de la demanda y al aumento de los costes de producción. Para lograrlo tendrán que hacer que se resienta el suministro a industria y distribución, paralizando las entregas o bien en la propia granja o bien a las puertas de las fábricas y con boicots a las cisternas que transportan la leche. "La huelga es un medio, no un fin y a nadie le gusta tener que tirar su producto y su trabajo. Pero ante la situación actual poco más hay que decirle a los ganaderos para justificar la huelga", cree Bello.

Galicia toma así la iniciativa en la convocatoria de una huelga indefinida de entregas a la que, si fructifican los contactos sectoriales, se sumarán Asturias, Cantabria, Cataluña y Castilla y León. "La opción del diálogo nunca está cerrada", reconocen con todo desde UUAA, que aclara que el endurecimiento de sus actuaciones responde a una situación "límite" provocada por la negativa de industria y distribución a subir el precio de la leche acorde con el incremento de los costes de producción, pero también en protesta por la "pasividad" mostrada por las administraciones. Los ganaderos gallegos cobraron una media de 29,3 céntimos por litro en el mes de septiembre a pesar de que producirlo les cuesta ya 38 céntimos.