La época de bonanza supuso para las entidades de crédito la puerta abierta a la concesión de créditos, muchas veces por encima de sus posibilidades. Claro que los mercados mayoristas de financiación en aquel momento tenían muy poco que ver con la sequía actual, los tipos de interés eran bajos para todos y se vivió una situación de barra libre que llegó a descompensar el balance de no pocos bancos y cajas. Esa fuente suponía para Caixanova a finales de 2008 6.881 millones de euros, netos de activos líquidos, un 33% de su inversión crediticia. El Banco de España puso también ahí el acento, a la "creciente apelación" a la financiación mayorista por el también "elevado crecimiento" de la inversión crediticia.

"Si bien la mencionada posición en mercados mayoristas se ha reducido desde el mes de abril de 2009 por el cobro de la venta de determinadas inversiones accionariales efectuadas en 2008, la importancia del control del riesgo de liquidez cobra especial valor en épocas como la actual, de fuertes tensiones en los mercados financieros", apunta el informe de Supervisión. Los inspectores apuntaron a los responsables de la caja la necesidad de realizar "un estudio prudente" sobre "la adecuación de su estructura de financiación y sus posibilidades reales de apelación a los mercados mayoristas de financiación en situaciones de estabilidad", además de un actualización "periódica" de los planes de contingencia.

La dependencia de la financiación externa en Caixa Galicia fue, según el Banco de España, "desmedida", "La fórmula predominante" en la captación de recursos. Hasta 12.000 millones más en créditos que depósitos llegó a tener, mientras que Caixanova logró mantener hasta la integración un equilibrio en los dos capítulos más importantes del balance.