Mariano Rajoy disfrutó ayer del primer día de vacaciones y lo hizo en Galicia. Un día después de presidir el Consejo de Ministros en que dejó la puerta abierta a un rescate de España y aprobó un recorte de más de 102.000 millones de euros, el presidente del Gobierno visitó su tierra natal para rebajar tensión. Lo hizo realizando primero, al filo de las 19.30 horas, un paseo entre Ponte Arnelas y Cabanelas, entre los concellos de Ribadumia, Vilanova y Cambados, acompañado de la plana mayor del PP gallego. Al frente, el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, junto al presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, y casi todos los alcaldes populares de O Salnés. Más tarde, asistió a una cena organizada por Louzán en una finca privada situada en Ribadumia a la que, como al paseo de unos 3 o 4 kilómetros, acudieron la ministra de Fomento, Ana Pastor, la presidenta del Parlamento gallego, Pilar Rojo, los conselleiros Alfonso Rueda y Agustín Hernández, diputados y senadores en las Cortes del PP gallego, los presidentes provinciales del partido, Xosé Manuel Barreiro, José Manuel Baltar y Carlos Negreira, además del propio Louzán, y los alcaldes de las principales ciudades bajo mandato de la formación. Varios de ellos acudieron también al paseo.

El descanso de Rajoy será relativo. En Galicia permanecerá una semana, pero él mismo reconoció haber estado ayer "dos horas al teléfono" conociendo la evolución de la situación española y en contacto con sus ministros y asesores. Durante esta semana mantendrá esas conversaciones, pero ningún acto oficial. Serán un momento similar al de sus homólogos europeos, pues Angela Merkel, canciller alemana, disfruta de unos días en Italia en contacto con otros dirigentes como el primer ministro francés Francois Hollande.

Moncloa reconoció hace unos días que el jefe del Ejecutivo acortaría su período de descanso estival, que siempre tiene lugar en Galicia. Desde hace años, Rajoy inicia su relax veraniego con una cena como la celebrada ayer para luego descansar en apartamento de Sanxenxo, donde también tiene una residencia su hermano. La mayor parte de las veces dos imágenes retratan estas fechas: su tradicional paseo por la playa y su cita con los toros con motivo de la Peregrina. A esta última no acudió ayer en su primera jornada y es poco probable que no acuda a ninguna de ellas. Tampoco visitará la Festa do Albariño de Cambados. Tiene, dijo ayer a los periodistas, "mucho follón".

Después de esta semana probablemente pasará tiempo separado de su esposa y sus dos hijos, que sí tienen previsto pasar todo el mes de agosto en Sanxenxo. Quizás regrese Rajoy algún fin de semana, pero su agenda es intensa, pues en lo que resta de mes presidirá otros dos Consejos de Ministros.

¿Camino de Santiago?

Tras llegar a Galicia el viernes por la noche, ayer vivió un día tranquilo realizando una de sus actividades deportivas favoritas, junto el ciclismo: el senderismo. Acompañado de un séquito de dirigentes, compañeros de partidos, curiosos y miembros de su equipo, recorrió unos kilómetros de una senda de la que el alcalde de Vilanova, el popular Gonzalo Durán, le informó. Se trata de un Camino Espiritual que empalma con el Camino de Santiago a través de su conexión con los mosteiros de Poio y Armenteira. "¿A qué manuscrito fuisteis a buscar esa conexión", bromeó Rajoy durante el paseo.

Antes de acudir a la cena, los asistentes realizaron la foto de familia en una playa fluvial a orillas del río Umia, sobre cuya recuperación charlaron varios dirigentes tras el vertido sufrido desde la empresa Brenntag hace seis años.