En un intento claro de alejarse de la cascada de cifras de las que depende su futuro, Novagalicia apela a la máxima discreción posible. La que pidió expresamente su presidente, José María Castellano, en el encuentro ayer con los sindicatos para hablar del plan de recapitalización entregado al Banco de España. El supervisor y el resultado de los exámenes externos encargados por el Gobierno a Oliver Wyman y Roland Berger –como primer paso del análisis en el que profundizarán las cuatro principales auditoras en España para la búsqueda de morosidad encubierta– tendrán la palabra final sobre las necesidades de fondos propios y provisiones en la entidad gallega. Y su máximo responsable así se los transmitió a los representantes de los trabajadores, insistiendo en que su proyecto es viable y que los fondos internacionales con los que negocia mantienen su interés por entrar.

"Se ha dicho que salimos con mala cara, pero no es cierto. A veces se magnifican este tipo de reuniones desde fuera", argumenta Luis Mariño, de CCOO, uno de los asistentes que reclama "prudencia" tanto "en lo que se dice, como en lo que se hace". Él, al igual que el resto de delegados, mantienen que las cosas siguen "igual". "Sin un cambio de rumbo importante", destaca. "Hemos tenido encuentros –añade Mariño– mucho más importantes que éste". "Todo sigue igual", reitera Xosé Ramón del Pliego, de UGT. "Nada de lo que se trató –afirma Clodomiro Montero, de la CIG– es nuevo. Es lo que ha ido saliendo en la prensa".

Con una comunicación en el portal interno del empleado, Novagalicia avanzaba la pasada semana a su plantilla la intención de acudir al rescate europeo. "El futuro está ahora más claro", defendía la nota firmada por Castellano y el consejero delegado, César González-Bueno, y en la que también se admitía que la petición de fondos públicos serán "mayores" que los 3.504 millones derivados de los dos decretos de saneamiento. A esa cantidad habría que añadir los 948 millones de déficit de capital principal y muy probablemente los 2.000 millones de los créditos fiscales incorporados al balance.

Sin contar, por lo tanto, posibles incrementos de cobertura en préstamos a particulares y pymes o en la cartera de participadas tras las auditorías. Castellano desveló en la cita con los sindicatos que su estrategia –sobre la que el supervisor hablará antes del día 28– pasaba por 7.000 millones de euros como refuerzo, de los que 1.000 vendrían de los fondos internacionales, y el mantenimiento del FROB como máximo accionista hasta 2015, según pudo saber FARO.

Aunque el impacto que la petición de respaldo dentro del acuerdo de España con el Eurogrupo para auxiliar a la banca podría tener en la plantilla no se abordó a fondo, lo cierto es que los sindicatos mostraron abiertamente su preocupación. Castellano intentó tranquilizarles con la flexibilidad que permite el actual ERE para 350 nuevas salidas y suspensiones temporales de empleo. En caso de tener que abordar más recortes, el presidente de Novagalicia aseguró que serían "menos duros" que los ya aplicados. La cúpula está ahora a la espera de qué hacer con el plan de pensiones de uno de los antiguos ex directivos de Caixanova, Óscar Rodríguez Estrada, que en unos días alcanza la edad de la jubilación. El Banco de España y el Gobierno están frenando el pago.

Detalles del rescate

Precisamente por las repercusiones que las ayudas comunitarias pueden representar para la red y el empleo en el banco, el candidato del BNG a la Xunta le pide a Alberto Núñez Feijóo un posicionamiento "alto y claro" contra "cualquier condición" que pase por la tijera. "Es inaceptable", criticó Francisco Jorquera tras un encuentro con representantes de la CIG en Novagalicia. Los nacionalistas pedirán al Gobierno central que detalle "las condiciones" del rescate en el Congreso. "Nos oponemos a que estas condiciones –afirma Jorquera– estén vinculadas a la destrucción de puestos de trabajo".