En lugar de alegría, la fusión de los ayuntamientos coruñeses de Oza dos Ríos y Cesuras está desatando tensiones. Ambos plenos municipales aprobaron ayer el sometimiento del plan de su unión a información pública durante los próximos veinte días, pero solo con los votos del PP, que gobierna con mayoría absoluta en los dos lugares. La falta de consenso quedó retratada y amenaza con torpedear el anuncio estrella de Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, en el pasado Debate sobre el Estado de la Autonomía. De concretarse sería la primera fusión en Galicia en más de cuatro décadas.

La oposición no comulga con la unión y ayer dejó claro no solo su posición, sino también sus quejas a la intervención del PP. Para aprobar la fusión será necesario el voto a favor de dos tercios de la corporación municipal. En Oza, son suficientes los ocho ediles populares, frente a los dos socialistas y uno nacionalista, que se abstuvieron ayer. En Cesuras, sin embargo, no. El PP cuenta con siete y necesita al menos otro. Precisamente en este municipio es donde más tensión se registró en un pleno que duró casi dos horas y donde PSdeG y BNG votaron contra la propuesta. Ambas sesiones, por cierto, se celebraron a la misma hora.

Sesión tensa

El alcalde, de este último concello, Julián Lucas, incluso tuvo que suspender la sesión unos minutos y expulsar a alguno de los vecinos que acudieron al concello. El hijo de un edil del PP tuvo que abandonar la sala después de insultar a un concejal nacionalista en medio de golpes en la mesa, abucheos, interrupciones y broncas verbales.

El más duro fue el portavoz nacionalista Lito Vázquez, que criticó una propuesta de fusión elaborada "por un agente de prensa del PP" y no por técnicos de la Diputación de A Coruña que "es humo" y un "programa electoral" repleto de "promesas" y no de hechos que avalen la unión local. Además pidió un referéndum entre los vecinos, algo que el regidor recordó no contempla la legislación actual sobre esta materia.

Durante el debate, la reacción del alcalde sirvió de gasolina para alimentar la tensión cuando quiso acallar la intervención del edil nacionalista. "Limítese a decir si quiere que el proyecto se exponga o no", le espetó Lucas al nacionalista. Ello aumentó los decibelios en el concello.

La portavoz socialista, Pilar Pedreira, tampoco se ahorro calificativos negativos acerca de la unión, que fusionaría incluso los nombres en Oza-Cesuras y sumaría casi 5.500 habitantes. "Es un chantaje social", denunció Pedreira aludiendo a la prioridad que tendrán municipios que se fusionen para recibir ayudas por parte de la Xunta. "Este documento ha sido muy clarificador. Ahora sé que todo esto es una tomadura de pelo. El plan está lleno de promesas, no lo firma nadie y tiene clara voluntad de manipulación. Si alguna vez tuve dudas, ahora tengo claro lo que no quiero", sostuvo.

Además, lamentó que "la situación enfrente a los vecinos". Eso sí, sobrepasar el umbral de 5.000 habitantes, sin embargo, también supondría recibir una mayor aportación de fondos estatales.

En Oza la tensión fue menor. El BNG, sin embargo, mostró sus recelos. La edil Estefanía Busto denunció que el plan de viabilidad de la unión carece de concreción y "no habla nada del ahorro real" alegado como motivo para promover la fusión municipal.

Los documentos sobre la fusión estarán ahora veinte días en fase de exposición pública para que los vecinos presenten las alegaciones que consideren oportunas.

Finales de año

Los alcaldes y el PP mantienen su cronograma y su intención de que los trámites municipales concluyan antes del verano y lograr la fusión municipal este mismo año. Como muy tarde podría lograrse a comienzos de 2013, justo antes de las elecciones autonómicas si Feijóo decide no adelantar la cita con las urnas.