A diferencia de CatalunyaCaixa, que contaba con el mismo plazo, hasta septiembre, para buscar socios que aligeraran la presencia del FROB en su accionariado, Novagalicia evitó pedir el adelantamiento de la subasta a la que va a ser sometida inmediatamente la fusión catalana y el intervenido Banco de Valencia. Y el ministro de Economía lo tiene en cuenta. "Hasta ahí tenemos que esperar. En los próximos meses, una vez que expire el plazo, veremos las alternativas disponibles para su futuro", aseguraba Luis de Guindos ayer en las jornadas sobre el futuro de la economía europea organizadas en Santiago.

Pase lo que pase, el ministro sostiene que la entidad gallega "seguirá teniendo un papel muy importante" para la economía autonómica, una de las grandes preocupaciones de la Xunta y del entramado empresarial de la comunidad. Si hay alguna desavenencia con el actual equipo directivo de Novagalicia a la vista de las prisas de Moncloa por finiquitar la reestructuración financiera y el empeño de José María Castellano de agarrarse al compromiso firmado para la recompra de la participación pública, De Guindos, desde luego, no lo dio ni a entender. "Tenemos plena confianza en los actuales gestores", asegura, en relación a "las noticias" que le llegan tanto del Banco de España como del propio FROB.

Lo que no aclaró De Guindos es que lo que obligatoriamente tiene que pasar antes, con la revisión del plan de supervivencia que entregó NCG al supervisor para cumplir el decreto de saneamiento de lastre inmobiliario. El banco nacido de la fusión de Caixanova y Caixa Galicia necesita 2.400 millones de euros para adaptarse a los nuevos requisitos de capital y provisiones, pese a la limpieza extraordinaria superior a los 2.000 millones que aplicó a su cartera al cierre del pasado ejercicio. La operación le llevó a entrar en pérdidas, más de 168 millones de euros, y además rebajó la solvencia del obligado 10%, el mínimo exigido a las entidades que no están privatizadas en al menos un 20%, a un 8%.

La situación de sus recursos propios solo puede prolongarse seis meses, hasta junio, o de lo contrario incurriría en una infracción grave de la ley de Disciplina Financiera. El Banco de España no quiso pronunciarse sobre la alternativa de Novagalicia a un concurso limitado a menos del 40% del capital entre inversores minoritarios con un Esquema de Protección de Activos (EPA) y sí a favor de una subasta convencional. La respuesta ahora tiene que salir del propio ministerio y de las autoridades europeas, dada la peculiaridad de la petición y la necesidad de ayudas públicas.

El Gobierno está convencido de que no habrá que recurrir a fondos europeos para apuntalar la reestructuración. "En los próximos días se verán operaciones adicionales", avanza De Guindos. Nuevas "fusiones y adquisiciones", a lo que se añade, espera el ministro, "esfuerzos adicionales en el saneamiento" de algunas entidades. Una mención, sin decirlo, a Bankia. Lo que sí mencionó el titular de Economía es su respaldo a separar los activos del ladrillo del negocio financiero. "Tiene sentido y es positiva para las entidades", aseguró, sin detallar cómo finalmente su departamento aplicará la medida.

Pachi Vázquez exige a De Guindos que aclare el futuro de NCG

La presencia de tres ministros en Santiago para asistir a un foro de debate con el responsable alemán de Finanzas provocó las quejas de la oposición gallega, no por la reunión en sí, sino por el contenido de la misma y el empujón a las políticas de austeridad.

El secretario xeral del PSdeG, Pachi Vázquez, exigió, aunque sin éxito, que el ministro de Economía, Luis de Guindos, aclarase el futuro de Novagalicia y las dudas que suscita su plan de capitalización. "El mayo favor que puede hacer De Guindos y Feijóo es definir la hoja de ruta del sistema financiero gallego. No se puede permitir que el ministro se vaya de Galicia sin decir si apoya la viabilidad de Novagalicia Banco, que tiene colapsado el 50% del ahorro gallego", censuró.

El portavoz parlamentario del PSdeG, Abel Losada, consideró, por su parte, "lamentable" que Rajoy "siga acríticamente la ortodoxia fiscal de Alemania con un 24% de tasa de paro". Añadió que Alemania se puede permitir hacer regla de la austeridad, pero en los demás territorios tiene un alto coste social donde se implanta.

Y la portavoz del grupo parlamentario del BNG, Ana Pontón, considera que el foro celebrado ayer en Santiago evidencia "la sumisión del Gobierno español a los dictados de Angela Merkel". "Las actuales políticas no sirvieron de nada para corregir la situación y lo grave es que el Gobierno central no tiene vocación de cambiar de rumbo", denunció Pontón.