Un día después de revisar el modelo de copago en la prestación farmacéutica y obligar a los pensionistas a pagar el 10% de los medicamentos, le ha tocado el turno a la enseñanza universitaria y al bolsillo de los estudiantes. En su programa de ajustes para rebajar el gasto público –3.000 millones en la enseñanza–, el Ministerio de Educación propuso ayer a las comunidades autónomas una subida de hasta el 66% en la matrícula universitaria y una mayor penalización para los repetidores. Para los estudiantes que se incorporen al sistema universitario, las medidas supondrán un incremento de hasta 540 euros, con lo que su aportación total rondará los 1.500 euros, puesto que ahora están pagando de media entre 900 y 1.000 euros anuales. Las nuevas tarifas se aplicarán ya en el próximo curso.

La Xunta todavía no tiene una decisión tomada sobre el recargo que aplicará a las tasas universitarias. El conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, quiere analizar primero la propuesta del Gobierno central porque ayer no pudo asistir el Consejo General de Política Universitaria al cancelarse el vuelo que lo debía llevar a Madrid. En todo caso avanza que la medida se aplicará "en función de las posibilidades y abanicos existentes y buscando el consenso con las universidades".

El ministerio no propuso una subida lineal de las matrículas, sino que habilitó a las comunidades una horquilla para que cada una aplique el incremento que considere oportuno en función de sus objetivos de déficit y el estado de sus cuentas, pero siempre de forma que la aportación del alumno oscile entre el 15% y el 25% del coste real de la plaza, que de media es de unos 6.000 euros en España.

Actualmente, las familias pagan el 15% de ese coste con las tasas (entre 900 y 1.000 euros al año), por lo que elevar ese porcentaje de participación en diez puntos supondría un incremento del 66% en la matrícula, siempre que ésta sea la primera, hasta los 1.500 euros como máximo.

Repetidores. Para los que repitan curso o asignaturas, el incremento será mucho mayor. Por su segunda matrícula, la horquilla de contribución económica del estudiante se sitúa entre el 30% y el 40% del coste de la plaza, que será de entre el 65% y el 75% si es la tercera matrícula. Pero si repite curso completo por cuarta vez, entonces puede llegar a pagar el coste completo que supone para las arcas públicas mantener su plaza. Es decir, tendría que poner de su bolsillo unos 6.000 euros para seguir estudiando.

Plazas mínimas por carrera. Otro de los puntos que se abordó en la conferencia de universidades fue el elevado número de titulaciones con baja demanda que existe en España y la necesidad de fijar un mínimo para declarar inviable una carrera y, por tanto, cerrarla. Para ello, la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, exhortó a las autonomías a que estudien este problema con el objeto de alcanzar unos "parámetros mínimos de calidad". Esta medida va en la línea avanzada ya por la Xunta, que por ley limitará a 50 el número de alumnos por titulación en un campus centrales y a 45 en el resto. "Existe un número muy elevado de universidades, pero sobre todo de titulaciones", dijo Gomendio, quien además anunció cambios legales para que las autonomías puedan controlar el déficit de las universidades, su equilibrio presupuestario o la oferta de empleo, algo que también se está haciendo en Galicia.

Autonomías. Las comunidades respondieron de forma desigual a las propuestas de Educación. El País Vasco ya anunció que solo subirá las tasas por el valor del IPC, mientras que Asturias y Andalucía reclamaron más becas para compensar a los alumnos con menos recursos y Madrid, Cataluña y Baleares demandaron que la subida de las tasas se aplique a todos los estudiantes, y no solo a los que se incorporen por primera vez.

Mayor carga docente para los profesores que no investigan

Las medidas del Gobierno central no solo recayeron sobre los estudiantes. También afectan a los profesores. La principal propuesta es que se aumentará la carga de trabajo de los docentes que no estén realizando tarea de investigación hasta un máximo de 32 créditos, mientras que para los investigadores, la docencia se restringirá a 16 créditos.

"Buscamos una especialización en el reparto de los recursos. Es simplemente dar mayor flexibilidad a la hora de asignar las cargas a los profesores", argumentó la secretaria de Estado de Educación.

La decisión está ahora en manos de las comunidades autónomas, que deberán articular las medidas para reducir la carga docente de los profesores con "sexenios vivos" –que acrediten investigaciones en los últimos seis años– y aumentársela al resto.

La Xunta destaca que ya se ha adelantado a algunas medidas

A falta de decidir en cuánto incrementará las matrículas de los universitarios, la Consellería de Educación destaca que parte de las propuestas lanzadas ayer por el Gobierno central ya se han aplicado en Galicia o están en fase de implantación. Por ello, el departamento de Jesús Vázquez cree que su política, además de estar consensuada con los rectores, ha recibido el "espaldarazo" del Ejecutivo central.

Así, recuerda que ya se han adoptado medidas para aumentar el control sobre la ejecución presupuestaria de las universidades, que ya existe una plan de financiación específico o que se está tramitando la ley que regulará la implantación de nuevas titulaciones y fijará el mínimo de alumnos que debe reunir cada carrera. Lo que falta es determinar el régimen de carga docente de los profesores.