El inminente y ambicioso giro en la reestructuración financiera que ultima el nuevo Gobierno pilla a Novagalicia en pleno proceso de captación de recursos para minimizar la losa de la nacionalización. La recompra de alrededor del 2,6% de las acciones con los 70,4 millones de euros que aportaron una veintena de empresarios gallegos, ni la mitad de lo previsto inicialmente en ese tramo, deja al FROB todavía con más del 90% del capital. En marzo, con la segunda ventana para los inversores, llegará una de las pruebas de fuego en la supervivencia del banco gallego. Pero no la única. Un hipotético éxito de José María Castellano con los fondos internacionales aliviaría parte de la tensión en el escenario que los planes del Ejecutivo representan para el banco gallego. Y es que antes, en el primer Consejo de Ministros de febrero, Moncloa lanzará los endurecidos requisitos de provisiones para reflejar el verdadero problema del lastre inmobiliario en el sector y acabar con él. La estrategia de Novagalicia es realmente única, paradigmática, de ahí también que lo que viene suponga para la entidad una múltiple encrucijada.

? El volumen del saneamiento. Novagalicia heredó el negocio de Novacaixagalicia, con la limpieza que durante la fusión se dio a la cartera crediticia. Unos 3.000 millones de euros. ¿Cómo le impactará el saneamiento que quiere ahora el ministro Luis de Guindos? La entidad tenía aprovisionados hasta septiembre 871 millones de euros para los 2.850 millones de euros en activos adjudicados. Una primera estimación con el colchón al que aspira el Gobierno, especialmente duro con el suelo acumulado, sin apenas salida en el mercado, supondría en Novagalicia al menos 400 millones de euros más de cobertura que hay que sacar de los resultados. Muy complicado.

? Las limitaciones evidentes del negocio. Entre enero y septiembre de 2011, los últimos datos públicos, el resultado atribuido del banco presidido por José María Castellano ascendió a 36,4 millones de euros, lo que supone un 43,8% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior, con 213 millones para sanear morosidad y cubrir activos que recibió como pago de deudas. Hay 10 millones de diferencia en el beneficio entre el cierre de junio y el de septiembre, pero por el efecto fiscal. Menos carga de impuestos. No por el negocio puro. De hecho, el resultado bruto experimentó en el tercer trimestre un ligero descenso. De 48,152 a 48,096 millones de euros. La capacidad del balance para generar por sí solo todo el extra que impondrá el Gobierno está en duda.

? Las otras cargas. Si ya es difícil el día a día de los márgenes en las entidades, azuzadas por la grave crisis económica, éste es un año de elevados vencimientos de deuda en el sector. La crisis de los mercados pone la refinanciación cuesta arriba. Las emisiones de Novagalicia que caducan en 2012 alcanzan a 4.818 millones de euros, de los que 1.440 corresponden cédulas hipotecarias y territoriales que permitirían mejorar precisamente la capacidad de emisión. El banco defiende una "razonable posición de liquidez", que el septiembre pasado alcanzaba los 3.620 millones de euros. Al mismo tiempo, el banco está obligado a seguir devolviendo los 1.162 millones de las primeras ayudas públicas que el FROB inyectó en la integración de las cajas, con un interés que supera el 8%.

? La recapitalización. La evolución de la economía será clave, según reconoció en varias ocasiones el propio Castellano, para que el compromiso de los fondos internacionales con la recapitalización de Novagalicia se haga efectivo. Elliot, el macrogrupo inversor capitaneado por Paul Singer, podría inyectar 500 millones de euros de su bolsillo y sumar otros 300 millones de socios de su confianza. 800 millones en total que equivaldrían al 30% de los títulos del banco. ¿Suficientes? Depende de varios condicionantes. En principio, la entrada de estos socios permitiría disminuir del 90% al 60% la presencia del FROB, al que aún habría que devolverle más de 1.500 millones de euros con un interés que crece cada día hasta el techo del 12,5%. Castellano aspira a que la privatización de un porcentaje significativo del accionariado le permita acogerse al 8% de solvencia que fija el decreto del anterior Ejecutivo y no el 10% que está en estos momentos obligado a cumplir. Lo que rebajaría en 1.230 millones las necesidades de capital. Pero, ¿está dispuesto el Ministerio de Economía y el regulador a suavizar las condiciones de fortaleza a estas alturas? La otra incógnita es si Elliot es de esos fondos que, según Castellano, ponían como condición para entrar un Esquema de Protección de Activos (EPA). Un instrumento que solo se ha utilizado en España con las entidades intervenidas.

? La funcionalidad de los recursos propios. En el mejor de los casos, que todas las anteriores premisas se cumplan –que la hoja de ruta de la recapitalización de Novagalicia siga adelante y se permita una rebaja de solvencia–, el excedente de capital generado no sería suficiente para liquidar al completo el FROB. Y ese dinero, además, no se puede tocar para el saneamiento de activos inmobiliarios que se avecina a partir de febrero. Las provisiones tienen que venir de la cuenta de resultados. Salvo, de ahí la primera oleada de fusiones, que Novagalicia entre en otra operación corporativa. En esa situación, los recursos propios sí estarían permitidos como colchón para el lastre del ladrillo.

?? De trajes y novias. Por su condición de nacionalizada, a la vista de las complicaciones para atraer los fondos extranjeros, Novagalicia está en todas las quinielas de la nueva oleada de integraciones. Insistentemente de la mano de Santander, La Caixa y BBVA, aunque a éste último el mercado lo coloca en la órbita de una hipotética subasta de CatalunyaCaixa. El proyecto de Castellano y su consejero delegado, César González-Bueno, apostaba por la independencia de la entidad. Aunque la configuración interna del negocio simplifica el encaje del banco en un grupo más grande. El territorio gallego, un bien preciado en el sistema financiero español, está abanderado por una marca, Novacaixagalicia, mientras que el resto de red se gestiona con NGB, y todos los activos improductivos, como los inmobiliarios, se reúnen en un banco malo interno.