El AVE entre Santiago y Ourense es un desierto de sillones vacios. Los pasajeros que se suben al primer tren de alta velocidad que se ha puesto en funcionamiento en la comunidad autónoma viajan a sus anchas. Apenas un 15 por ciento de ocupación en alguna de las frecuencias es el saldo que arroja esta línea cuando se cumple un mes de su entrada en servicio. Algunos vagones van completamente desocupados.

Este corredor centró desde el principio los esfuerzos inversores para acometer la red de alta velocidad gallega. Se primó esta conexión para la entrada del AVE a Galicia desde la Meseta en lugar de planificar el acceso a la comunidad autónoma en forma de "L", es decir, a través del eje Ourense-Vigo y desde ahí a Santiago, tal y como reclamaban los agentes económicos y sociales del sur de Galicia.

El dinero y las máquinas se concentraron en la línea Santiago-Ourense, cuyo coste final se elevó a 2.547 millones de euros, y que ahora apenas atrae pasajeros suficientes como para llenar al menos un vagón entero. En el primer tren que sale de Santiago por la mañana hacia Ourense, a las 08.00 horas, solo viajaban ayer 31 personas cuando la capacidad de los Avant, que cubren el trayecto entre la capital gallega y la ciudad de As Burgas, es de un total de 280 viajeros. Desde Ourense en el tren de las 09.00 horas el pasaje quedaba también reducido a 44 usuarios. En estas primeras frecuencias entre dos y tres vagones circularon completamente vacíos.

Y, entretanto, el AVE entre Ourense y Vigo, por Cerdedo, permanece en el cajón y las obras del Eje Atlántico –que permitirían conectar no solo el área más poblada de Galicia sino también la de mayor empuje económico– avanzan con mayor lentitud de la comprometida. El Pacto do Obradoiro fijaba su conclusión para 2012, pero el exministro de Fomento José Blanco ya había advertido que se retrasaría su puesta en funcionamiento a 2013. Ahora la Xunta avisa que dado el estado actual del proyecto es probable que este plazo tampoco se cumpla.

Este retraso afecta además a un corredor ferroviario que ya es en la actualidad el que moviliza más pasajeros en la comunidad autónoma a pesar de que la línea todavía no ofrece las prestaciones de un AVE.

Por el contrario, entre Santiago y Ourense ya circulan modernos trenes Avant, con hasta cinco frecuencias diarias en cada sentido, a mayores de los trenes convencionales de Renfe que siguen operando por este trayecto. Fue el pasado 10 de diciembre cuando el exministro José Blanco hacia el viaje inaugural en esta primera línea de alta velocidad.

Transcurrido justo un mes desde su puesta en funcionamiento, Renfe aún no ha informado del volumen de pasajeros que ha movilizado esta línea, pero este periódico pudo comprobar el bajo nivel de ocupación de los diez trenes que conectan a diario Santiago y Ourense.

Entre los escasos usuarios la mayoría son viajeros habituales que viven en una ciudad y se trasladan a trabajar a otra. En su mayoría son funcionarios, pero también hay estudiantes. De hecho, una de las pocas ocasiones en las que el tren se llena coincide con la marcha de universitarios a Santiago el lunes por la mañana y con su regreso el viernes al mediodía.

Pero a diario son contados los pasajeros que se suben al tren, entre ellos algunos parlamentarios. La estación de trenes de Santiago se sitúa a pocos metros del Pazo do Hórreo, de manera que para diputados ourensanos como el popular Antonio Rodríguez Miranda o la nacionalista Tereixa Paz la opción del AVE resulta cómoda.

Sin embargo, ni siquiera ellos admiten ser fieles a la línea de alta velocidad Santiago-Ourense. El portavoz del PPdeG y parlamentario, Antonio Rodríguez Miranda, explica que coge el tren en ocasiones para ir al Parlamento y en otras se mueve un coche porque no dispone de trenes a media mañana que le permitan regresar a Ourense cuando tiene algún acto en esta ciudad. Aunque reconoce que va poca gente en el AVE y que habrá que ver si "efectivamente es rentable", se muestra esperanzado en que este tren vaya ganando pasajeros. "Aun está empezando. Habrá que ir cambiando rutinas", afirma.

La nacionalista Tereixa Paz también se queja de que las frecuencias para regresar desde Santiago a Ourense no se ajustan tan bien a sus horarios pero cree que el precio puede ser el factor que desmotive a algunos posibles usuarios. "El coste es bastante si vas todos los días", asegura.