Carlos Aymerich es el líder de Máis Galiza, corriente alternativa dentro del BNG a la hegemónica Unión do Povo Galego. El también portavoz parlamentario censura la falta de unidad interna y alerta de que la Asamblea Nacional de enero es "la última oportunidad" para sellar la paz interna y consensuar cambios profundos o muchos "se irán para casa". Ellos no. "No entregaremos el BNG a nadie", advierte. Sobre su deseo de ser cabeza de cartel para las autonómicas, usa la ironía: "Yo quiero jugar los partidos metiendo la pierna como si fuese el último, y quizás lo sea".

–¿Por qué plantó Máis Galiza la executiva del BNG del lunes?

–Quisimos dar un toque de atención, es evidente que hay muchas diferencias entre los dos grandes polos internos del BNG. Hasta el sábado pensaba que era voluntad de todos llegar a punto de encuentro, pero cuando se transmite que el Consello Nacional ratifica a Guillerme Vázquez como portavoz nacional uno queda "apampado". No se habló de eso. De momento decidimos no ir este lunes. Veremos cómo van las cosas.

–¿Por qué fueron críticos con el liderazgo de Vázquez?

–No somos críticos con la persona, pero hay una nueva etapa del BNG desde 2009 en la que él representa al Bloque, incluso de forma desconocida en la formación con la presencia en campaña. Somos críticos con la evolución del BNG, que pierde votos desde hace 10 años, en continua erosión interna. Debemos restaurar la convivencia, a él le achacamos no hacer nada por ello y no actuar como portavoz de todos.

–¿Es el momento más delicado del BNG en estos 10 años?

–Es muy delicado, la sociedad no va estar siempre esperando por nosotros. Cada vez cuesta más convencer a la gente de que nos vote. Debemos elegir: o conformarse con un BNG con el 11% de votos que sea influyente en el resto de fuerzas o, como entendemos nosotros, aspirar a articular a nuestro alrededor la alternativa al PP.

–¿Situación crítica?

–Sí. Mucha gente nos dice que es la última oportunidad para solucionarlo: o lo resolvemos o se marchan para casa. Nos es normal dedicar el 99% de la energía a pugnas internas.

–¿Se iría usted?

–No me veo en otro sitio que el BNG.

–Es usted el referente de Máis Galiza. ¿Qué le aportaría usted al BNG como líder?

–La cuestión no soy yo. Si fuese un problema de personas, sería fácil de resolver. No tenemos grandes estrellas, ni mirlos blancos; si no, sería como en fútbol: cambiamos el entrenador y arreglado. Puede ganar el primer partido, pero suele haber problemas de fondo. Y nosotros los tenemos.

–¿Por qué se transmite tanta tensión interna?

–Estamos con un modelo al que le revientan las costuras, no responde al BNG de hoy. Ya no se trata de 50 partes, sino dos grandes sensibilidades, o tres.

–Si no hay cauces de convivencia, ¿Máis Galiza se plantea abandonar el BNG?

–No, no se lo entregamos a nadie, es tan nuestro como de otro.

–Pero al portavoz nacional le parecen magníficos los resultados electorales…

–Transmite alivio mantener dos escaños, pero también sensación de que hay que hacer algo por perder 30.000 votos. Hay que conectar con la sociedad.

–¿Le han dolido las bajas en Máis Galiza?

–No, son cuatro personas, alguna de ellas con relevancia como Teresa Táboas. Espero tener una conversación con ella. A la vista de lo que hablamos decir que Máis Galiza no planta cara…

–¿Aún no habló con ella?

–No, pero no corre prisa. Las puertas sirven para marchar, pero también para volver. Máis Galiza sigue siendo su casa.

–¿Le gustaría ser candidato a la Presidencia de la Xunta?

–Cualquiera que esté en política no puede jugar un partido sin meter la pierna. Este partido quiero jugarlo metiendo la pierna como si fuera el último, y quizás lo sea.

–¿Está usted más cerca de los irmandiños que antes?

–Queremos llegar a un acuerdo entre todos. Si no puede ser, buscaremos coincidencias. Ahora no las hay con la UPG.

–Le criticaron por pedir ampliar la base del Bloque "alén do nacionalismo"...

–Pero es lo que hace el nacionalismo donde hace bien las cosas. Es lo que hace [Miguel Anxo Fernández] Lores en Pontevedra cuando obtiene unos resultados magníficos como en las locales.

–Si el problema del BNG no es de nombres. ¿Apoyaría a Guillerme Vázquez como candidato si hay un cambio interno de calado?

–Es momento de hablar de proyecto, pero lo veo difícil y no sé si quiere. Lo que sé es que fue elegido portavoz por el 55%, pero tuvo otro 45% enfrente.