Es solo cuestión de tiempo que Novacaixagalicia deje de ser una entidad financiera para convertirse en una fundación de carácter especial, como exige la reforma de la Lorca en aquellos casos en los que la bancarización del negocio por la reestructuración deje a la entidad originaria con una participación discreta en el capital. Teóricamente, por debajo del 50%. Un cálculo para el que no cuenta la participación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en Novagalicia Banco, pero sí el porcentaje que tomen los accionistas privados con los que su presidente, José María Castellano, está en negociaciones. Si superan el 20%, la transformación sería irremediable. La Consellería de Facenda trabaja ya en una adaptación de la normativa autonómica de cajas para adecuarse a la nueva situación, a la vez que tiene ya un decreto para cambiar su estructura y garantizar "la supervisión y control" sobre la fundación.

La Subdirección Xeral de Supervisión de Caixas de Aforros e Entidades Financeiras se queda en un único servicio –hasta ahora eran dos– para la inspección en las entidades, control y supervisión "de los acuerdos y actuaciones" de las cajas y fundaciones "y, en particular, los relativos a la aprobación de los presupuestos anuales de la obra social, sus modificaciones, su liquidación y la creación de nuevas obras benéfico-sociales". La misma tarea que se reserva para las entidades de fuera que operen aquí y los procesos electorales en los órganos de gobierno. Facenda incluye entre sus funciones "la resolución de autorizaciones" que ampliará por ley.