Nadie discute que las indemnizaciones de los exdirectivos de Novacaixagalicia son elevadas, muy elevadas, pero no todos los casos son iguales. José Luis Pego llevaba 23 años trabajando en Caixanova, y como alto directivo desde 2005. Además fue puesto por el Banco de España al frente de Novacaixagalicia, igual que fue el supervisor quien apartó a José Luis Méndez, tras cuestionar su gestión al frente de Caixa Galicia. Sin embargo, la caja se convierte en banco, y su nuevo presidente ejecutivo prescinde de sus servicios, y Pego, en base al contrato de alta dirección que había suscrito en 2005 se lleva 7,7 millones de euros brutos (4,3 millones netos) que son el resultado de multiplicar su sueldo anual por los 10 años y medio que le restan hasta la jubilación y de sumar la gratificación por servicios prestados a la que tienen derecho los altos cargos. Además cuando cumpla 65 años, podrá disfrutar de una póliza de seguros y un fondo de pensiones (10,8 millones brutos, 5,8 millones netos).

Sin embargo, Javier García de Paredes firma un acuerdo de alta dirección, con las mismas condiciones que las de Pego, pero en diciembre de 2010 cuando es nombrado director general adjunto de Caixa Galicia. Este nuevo contrato además le supone duplicar su sueldo. Cuando decide irse de la caja fusionada, renuncia a parte de la liquidación a la que tenía derecho, pues entiende que apenas llevaba un año como directivo. De siete millones se quedó con tres. Ahora decide devolver otra parte de la indemnización, y desde NCG Banco se comenta que se quedará con una o dos cuartas partes de lo que le correspondían, pero no se aclara si se lleva el fondo de pensiones y la póliza de seguros, fondos a los que tendrá derecho cuando cumpla los 65 años, ni tampoco a cuánto ascienden ambos.