Los bares gallegos deberían ir pensando en hacerle un hueco en sus instalaciones a las máquinas de apuestas deportivas. La Xunta permitirá a las empresas dedicadas al sector del juego instalar 2.000 terminales de estas apuestas en los locales de hostelería de la comunidad a lo largo del próximo año. Eso sí, les exigirá para ello que abran también casas o salones de juego para crear empleo.

El proceso para que los gallegos puedan apostarse el cambio de una caña o el dinero que deseen al próximo duelo Barcelona-Real Madrid o al esperado derbi Celta-Deportivo está en su fase final. La Consellería de Presidencia tiene ya redactado un borrador que hace unos días presentó a la Comisión de Xogo de Galicia para que el sector realice sus aportaciones y "poder consensuar una redacción definitiva a lo largo del mes de septiembre", indican fuentes del departamento de Alfonso Rueda.

Después comenzará la fase de exposición pública, aunque la Xunta carece de una fecha para la aprobación de este decreto, pues dependerá de los informes de la Asesoría Xurídica, la elaboración de los modelos normalizados de solicitudes administrativas o el establecimiento de los tributos que deba pagar esta modalidad de juego inédita en Galicia, aspecto que depende de la Consellería de Facenda. Su intención es que se pueda apostar a un resultado deportivo a lo largo del próximo año.

El proceso será el siguiente: Presidencia creará un registro específico al que deberán apuntarse las empresas dedicadas al juego interesadas en instalar estas máquinas en bares o restaurantes, de forma similar a las tradicionales tragaperras. Para recibir un permiso de instalación en ellos, se fijará como requisito abrir alguna casa o tienda de apuestas.

A las 2.000 máquinas –de aspecto similar a las tragaperras– en locales de hostelería se unirán otras 700 que se repartirán entre esas nuevas casas de apuestas, casinos, bingos, salones de juego o incluso recintos deportivos como los estadios de Balaídos o Riazor.

Con esta fórmula, Presidencia pretende crear empleo en la comunidad con el personal que trabaje en los locales específicos de apuestas, que serán similares a las oficinas de Loterías del Estado.

En plena crisis, la Xunta pretende aumentar su recaudación, que por el juego tradicional ascendió el año pasado a 70 millones de euros, y dinamizar tanto el sector del juego como el de la hostelería. El primero podrá explotar una novedosa vía de ingresos instalando en bares estas terminales y abriendo nuevos locales de juego, y el segundo recibirá un porcentaje de las ganancias. Cada bar o restaurante se llevará un pellizco de cada terminal, al igual que sucede ahora con éstas, denominadas máquinas tipo B.

La reforma llega en un mal momento para el sector. La Asociación Gallega de Empresas Operadoras estima que en lo que va de año sus ingresos se han desplomado casi un 40% debido a la crisis: un 25% en el caso de las tragaperras y un 50% en el de los bingos.

El borrador de decreto se concretará en los próximos días para tener listo un texto en septiembre. Éste también debe establecer cuánto se podrá apostar como máximo, cláusulas para evitar que los menores de edad apuesten o la distancia de seguridad respecto a los centros educativos.