La tregua que dio el tiempo a los servicios de extinción durante el mes de julio no compensó una primavera seca en Galicia en la que se quemó más monte de lo habitual. En los primeros seis meses del año la comunidad registró 213 incendios y 512 conatos que calcinaron 2.168 hectáreas de monte. Estos datos, procedentes de las estadísticas del Ministerio de Medio Ambiente y difundidos ayer por la diputada socialista Sonia Verdes, convierten el primer semestre de 2011 en uno de los peores arranques de la década ya que entre enero y junio ardieron 1.416 hectáreas de arbolado, diez veces más que la media de los últimos seis años (157,6 hectáreas).

Apelando a los datos y pese a admitir la escasa incidencia de los incendios en julio por la meteorología, la portavoz socialista de Medio Ambiente instó ayer a la Xunta a no "bajar la guardia" el resto del verano, recordando el alto riesgo de incendio que caracteriza a agosto y septiembre. Verdes emplazó a la Consellería de Medio Rural a aprovechar la "tregua" meteorológica del último mes para poner en práctica medidas de prevención, un capítulo que, denunció, sufrió un recorte presupuestario de 22 millones y en el que cree que no se ha avanzado nada.

En este sentido, recordó que frente a los 100 millones de euros reservados en los presupuestos de 2011 a extinción, la partida para actuaciones preventivas apenas llega a la mitad. Por ello, Verdes urgió a la Xunta a constituir en los concellos grupos de intervención rápida "estables" que garanticen con carácter permanente efectivos dedicados tanto a labores preventivas como a colaborar en la extinción.

Pero la Xunta no solo suspende en prevención. En opinión de Verdes, Galicia tampoco afronta la campaña de máximo riesgo en las mejores condiciones ya que el dispositivo de extinción aún no está plenamente operativo y las condiciones de trabajo distan de ser las ideales. "A día de hoy no se han incorporado todas las brigadas de Seaga y siguen sin cubrirse las bajas o las vacaciones del personal", denunció.