La Consellería de Educación asegura que las actuales tasas no cubren el coste real de la matrícula en las universidades y advierte que en el futuro deberán incrementarse para contribuir a sostener el sistema universitario. En la actualidad los precios públicos solo representan el ocho por ciento de los ingresos que obtienen los campus gallegos y, según el secretario xeral de Universidades, José Alberto Díez de Castro, "lo ideal" sería que en el futuro este porcentaje prácticamente se triplicase hasta conseguir que el 20 por ciento de los recursos universitarios procedan de las aportaciones de los estudiantes matriculados.

Esta es una de las medidas del decálogo propuesto por el grupo de trabajo creado entre Xunta y rectores para mejorar el sistema de financiación universitaria. Por un lado habrá que reducir gastos, lo que supondrá, por ejemplo, la reducción de departamentos, pero, por el otro, habrá que aumentar los ingresos de las tres instituciones académicas gallegas y una de las vías propuestas para incrementar los recursos es la subida de tasas.

Pero el alza no será inmediatamente. El conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, dejó claro ayer que el precio de las matrículas para el próximo curso ya está cerrado y será únicamente del 3,6 por ciento, el mínimo legal marcado por el Gobierno central. "No habrá incremento ni este año ni el que viene", garantizó.

Aunque es el Ministerio de Educación el que delimita cada año la horquilla en la que se podrán mover las comunidades para incrementar las tasas, es la Xunta la que fija finalmente la subida tras escuchar a las universidades. Pese a que la Consellería de Educación siempre ha optado hasta ahora por el aumento mínimo, el secretario xeral de Universidades advierte que esto debe cambiar. "El propio ministerio en su Plan Estratégico 2015 asegura que a partir del curso 2012-2013 hay que aproximar el coste real de las matrículas a lo que se cobra a los alumnos, al tiempo que se incrementan los esfuerzos en becas y ayudas a los estudiantes", explica.

El responsable de universidades de la Xunta alude a diferentes estudios para defender que "lo ideal" es que las tasas universitarias representen el 20 por ciento de la financiación. "Y nosotros, lejos de acercarnos a ese porcentaje, nos alejamos. Los precios públicos aportan solo el ocho por ciento de los ingresos, pero ese porcentaje además está descendiendo", advierte.

Educación defiende incluso que esto es "antisocial". "Los precios bajos benefician a las clases medias y altas que aportan lo mismo que las familias sin recursos pese a tener más dinero", explica José Alberto Díez de Castro.

En todo caso, desde el departamento que dirige Jesús Vázquez se aclara que la subida de las tasas es una de las fórmulas para conseguir aumentar los ingresos, pero inciden en que también hay otras vías de financiación como el aumento de la retención de overheads, esto significa, que las universidades se queden con un porcentaje mayor de la financiación externa que atraen los proyectos de investigación que se desarrollen en sus campus. Las instituciones académicas se quedan ahora con un diez por ciento de las ayudas o recursos que captan estos proyectos y la Xunta considera que debería incrementarse hasta el 20 por ciento.

La otra vía de ingresos que propone el decálogo es que las universidades amplíen su oferta de formación continua para profesionales en activo. De esta manera compensarán el descenso de ingresos por la bajada del alumnado en los últimos años captando a trabajadores que quieran reciclarse.

Este aumento de ingresos deberá ir acompañado de una reducción de gastos. El secretario xeral de Universidades explica que no se trata de recortar personal sino de planificar mejor las plantillas. "Las necesidades cambian con el tiempo, tenemos que ver a medio y largo plazo que necesidades tenemos en cada titulación para evitar que después nos sobre personal en unas áreas y nos falte en otras", aclara.

En esta línea está la propuesta de reducir departamentos. "Hay áreas muy similares, si los agrupamos, no solo reducimos el número de cargos académicos, sino que conseguimos una mejor eficiencia", explica Díez de Castro.

Estas medidas se complementarían con un ahorro en gastos corrientes, por ejemplo, en telefonía utilizando el programa Skype, que permite llamadas gratuitas a través de internet.