Después de meses de tensión, constantes enfrentamientos entre Xunta y Ministerio de Fomento y mutuos reproches, la autorización por parte del Consejo de Ministerios para licitar las obras de la línea de entrada del AVE a Galicia ha servido no solo para apaciguar los ánimos sino también para restablecer la concordia entre ambas administraciones. El ministro José Blanco y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se reencontraron ayer en A Coruña durante el acto de presentación del nuevo delegado del Gobierno en Galicia, Miguel Cortizo, pocas horas después de que el Gobierno diera luz verde a los contratos de la alta velocidad gallega. "Es uno de los días más felices de mi vida", aseguró el titular de Fomento cuando justamente se cumplen dos años desde que asumió su cargo como ministro. "Enhorabuena por lo conseguido", le respondió el jefe del Ejecutivo gallego.

Muestra de esta cordialidad fue que el ministro llamó el jueves por la noche a Feijóo para informarle de que ayer se autorizarían las obras y, tras la reunión del Consejo de Ministros, volvió a telefonearle para trasladarle más detalles de los contratos.

El responsable de Fomento, sin embargo, dejó claro que el camino no fue fácil. "En un contexto económico y financiero adverso, trabajamos para vencer dificultades y cumplir nuestro objetivo", señaló.

Feijóo, aunque satisfecho, lanzó un mensaje al Ministerio: "El Pacto do Obradoiro sigue vigente porque es útil para Galicia y para España, que no se detenga y que se siga cumpliendo desde la adjudicación hasta su puesta en marcha". También el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, puso deberes a Fomento. "Una vez superada la autorización del Consejo de Ministros, esperamos que la ansiada licitación, comprometida inicialmente para el mes de diciembre y después para marzo, se pueda leer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) cuanto antes",advirtió.El responsable de infraestructuras del Gobierno gallego recalcó que el "objetivo final" es que el AVE llegue a Galicia a finales de 2015.

El presidente de la Xunta cree además que el acuerdo, suscrito hace dos años en Santiago con Fomento, puede ser un "referente" que debería extenderse a otros ámbitos de colaboración con el Gobierno central. De hecho, el jefe del Ejecutivo gallego lamentó que la cooperación entre Xunta y Administración central es ahora "excepcional" cuando debería "ser algo habitual".

A pesar de que en las últimas semanas fueron constantes los reproches de la Xunta urgiendo la autorización de los contratos del AVE y las recriminaciones de Fomento acusando al Gobierno gallego de ponerle trabas, durante el día de ayer las tornas cambiaron. Blanco aseguró que siempre entendió "la exigencia del Ejecutivo de Feijóo como lealtad al compromiso adquirido y para responder a los deseos de toda Galicia". Por su parte, el presidente de la Xunta aseguró que "Galicia será leal con todos".

Tal y como explicó Feijóo, el AVE era "una asignatura pendiente de España con Galicia". Por esta razón, Blanco se mostró especialmente satisfecho de cumplir con una de las demandas de la comunidad autónoma. Según recordó, en dos años se han ejecutado 3.000 millones de euros de inversión en Galicia. "Esta autonomía estará bien comunicada por tierra, mar y aire".