Los accionistas votarán y previsiblemente aprobarán mañana lunes la entrada del director general de Novacaixagalicia,José Luis Pego, y de la responsable del área de Finanzas y Mercados en la caja, María Victoria Vázquez Sacristán, en el consejo de administración del brazo industrial de la extinta Caixa Galicia, un trámite pendiente desde que el 1 de diciembre pasado se produjo la fusión de Caixanova y Caixa Galicia.

La reunión, de carácter extraordinario, servirá además para aprobar el cambio del nombre de la sociedad y el artículo 1º de los estatutos, "denominación y régimen", para que pase a llamarse CXG Corporación Novacaixagalicia S.A. Pego será nombrado presidente de la sociedad, y Vázquez Sacristán será consejera delegada, el cargo que hasta ahora ocupó José Luis Méndez Pascual, hijo del ex director general de Caixa Galicia, actualmente al frente de la Fundación Caixa Galicia.

Javier García de Paredes a partir de ahora ocupará la vicepresidencia. Fue nombrado presidente el pasado 21 de octubre, un mes después de la marcha de José Luis Méndez como director general de Caixa Galicia, pero de forma transitoria hasta la firma de la fusión, con lo que cabía esperar que antes del fin de 2010, el consejo de administración de la cartera industrial de la caja se adaptase a los cambios y José Luis Pego asumiese el liderazgo.

La actividad frenética de los últimos meses en la caja fusionada y sobre todo la presencia de un accionista ajeno a la caja, el presidente de Hierros Añón, Manuel Añón, tiene un 5,5% de la sociedad, y los roces con él por su intención de irse y que la caja le recompre su participación, han dilatado el proceso.

Está previsto que la dirección de la caja aproveche esta sesión extraordinaria para designar o proponer como consejeros a al menos cuatro representantes de la dirección por parte de la extinta Caixanova. La reorganización de la sociedad que gestiona las participaciones industriales de Caixa Galicia dejó en octubre cuatro puestos libres para dar entrada a los representantes de Caixanova una vez completada la fusión y no descartó reorganizar el consejo para incorporar nuevos miembros a los diez que tiene actualmente. El orden del día hecho público por la sociedad sólo recoge un "nombramiento y reelección de consejeros" y un "nombramiento de cargos", pero no detalla sus nombres.

Consejo de administración

Ni Pego ni Vázquez Sacristán entrarán tras la sesión a formar parte del consejo de administración, hasta que este órgano, que se reunirá el mismo lunes pero por la tarde, apruebe las modificaciones que decidan los accionistas. Al consejo pertenecen además de José Luis Méndez López y Javier García de Paredes, José Luis Méndez Pascual como consejero delegado, y tiene ocho vocales; siete de ellos, empresarios a los que la caja escogió para representarla: Carlos Martínez Pérez, Juan Carlos Rodríguez Cebrián, Manuel Gómez-Franqueira Álvarez, Manuel Rodríguez Vázquez, Miguel Ángel San Martín Pérez, Antonio Fontenla Ramil y Roberto Tojeiro Rodríguez, mientras que José Ramón Pérez Santé representa a Hierros Añón.

Con las incorporaciones que previsiblemente aprobará la Junta General de Accionistas, se pondrá sobre el papel el control de la sociedad que desde que se produjo la fusión ejerce desde Vigo María Victoria Vázquez Sacristán, aunque uno de sus subordinados, el responsable de Participaciones Corporativas José Luis Méndez Pascual, figura como consejero delegado. Vázquez Sacristán incluso ha trasladado a Vigo la gestión de algunas de las empresas que componen la cartera industrial.

Novacaixagalicia tiene pendiente el caso de Hierros Añón, que solicitó la recompra de su participación en la sociedad, en la que en otoño de 2007 inyectó 100 millones de euros para impulsar la industrialización de Galicia, fomentar que la corporación ampliase su participación en otras empresas y colaborar para que la cartera industrial de Caixa Galicia saliese un día a Bolsa, al estilo de Criteria.

Manuel Añón quiere salir y recuperar su inversión, incluso con un pago en participaciones industriales. Su empresa anunció una demanda contra la cúpula de la caja tras varios meses de contactos infructuosos para lograr su objetivo. La caja asegura que la participación de Añón ha perdido valor como consecuencia de la crisis, pero como adelantó este periódico, el empresario se agarra a un contrato privado con Méndez Pascual que le garantiza la recompra de su 5,5% sin pérdida de valor en el plazo de cinco años a contar desde 2007 y que podía hacer valer en cualquier momento si consideraba que no se habían conseguido los objetivos recogidos en el contrato. El conflicto sigue abierto.