El conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, y el secretario xeral del PSdeG, Manuel Vázquez, tuvieron ayer la oportunidad de estrecharse la mano en la conferencia de José Blanco. Pero solo fue eso, un gesto formal, porque la polémica sigue viva. Uno y otro llevan varias semanas de confrontación a raíz de las obras de reforma que Vázquez hizo en su casa de San Amaro. La Xunta sostiene que son ilegales y por dos veces envió a los técnicos a inspeccionarlas, pero Vázquez no les abrió la puerta. Ahora se le advierte con demoler la reforma si vuelve a cerrar el paso a los técnicos. Y Vázquez amenaza con la presentación de una querella.