Ante todo el revuelo y las muchas incógnitas abiertas con la intención firme del Gobierno de incrementar notablemente el ratio de solvencia al sistema financiero para calmar las dudas de los mercados, y particularmente a las cajas, sobre las que recaen todavía más dudas por la elevada exposición de su negocio a la promoción inmobiliaria y la construcción, la patronal que reúne a las entidades de ahorro habla alto y claro. "Las exigencias de capitalización permiten la supervivencia de un modelo que en otro supuesto sería imposible", defiende el gallego José María Méndez, secretario de la CECA e inminente director general. El sector es consciente de que la situación no pintaba bien; que sin un paso más junto con las fusiones e integraciones formalizadas el pasado año su negocio quedaba pendiente de un hilo. Aunque la patronal espera todavía los detalles que Moncloa plasmará en un real decreto el próximo mes de febrero y la negociación prevista para el diseño con Economía, el próximo número dos de la organización va un poco más allá y da por hecho que el escenario permitirá "perfeccionar" su gestión.

A la CECA no le gustaban las primeras noticias que se tuvieron del "plan de aceleración" que manejaba el Ejecutivo para la reordenación definitiva del sector. Su presidente, Isidro Fainé, líder de La Caixa, la principal caja española, y pionero en la bancarización del negocio con la decisión tomada ayer por su consejo de administración, amagó con plantarse si finalmente había una nueva modificación de la Ley de Órganos de Representación (Lorca), reformada el pasado año. Por eso el pasado lunes, durante la presentación de los requisitos en recursos propios y la hoja de ruta del proceso, la vicepresidenta Elena Salgado hizo tanto hincapié en que la normativa quedaba tal y como está, con las cuatro opciones posibles de negocio que están en vigor desde los cambios de la ley. O mantenerse como caja y fortalecerse con la emisión de cuotas participativas con derechos políticos, apoyarse en un Sistema Institucional de Protección (SIP) alrededor de un banco, que una caja eche también mano de una ficha bancaria para su gestión e, incluso, convertirse en fundación para la obra social.

Lo que ocurre es que con la intención de Economía de que las entidades que no cumplan entre el 9% y el 10% de core capital –la proporción de recursos propios de calidad sobre el total de sus activos– acudan al mercado privado para ganar músculo –de lo contrario, serán nacionalizadas durante un máximo de 5 años con una inyección del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y convertidas en bancos obligatoriamente– no hay camino que no pase por la privatización. Especialmente de las fusiones que, como Novacaixagalicia, cuentan con una capitalización susceptible de no pasar la criba. En caso de que se necesitaran los 20.000 millones en FROB en los que Salgado estimó las demanda de ayudas, el total sumaría "el 3% del PIB", muy lejos de otros países, según Méndez.

Para saber exactamente en qué situación está cada una es fundamental detallar la medición del core capital. De ahí que la patronal, que quiere ser "muy prudente", apure al Ejecutivo a, entre otros asuntos, desvelar si las participaciones preferentes –el instrumento utilizado hasta ahora por el FROB para suscribir los préstamos entregados a las entidades reestructuradas– o las ejecuciones de capital computarán como recursos propios de calidad. "Nos podemos adaptar al nuevo entorno, jugar el papel que hemos desempeñado, porque la sociedad sigue demandando los servicios financieros de las cajas y su lucha por la exclusión social", sostiene Méndez, el nuevo hombre fuerte de la CECA y experto, precisamente, en normativa financiera.

Sin tocar la Lorca, las cajas dan su beneplácito a las endurecidas condiciones de solvencia y la entrada de socios privados en el capital para, de paso, "drenar" la influencia política y "avanzar en la profesionalización". José María Méndez recuerda que los inversores tendrán derecho a sentarse en los órganos de decisión a costa de reducir la presencia de organismos públicos. "Es importante –añade– mejorar el Gobierno corporativo". Es un momento "muy determinante" en la historia del sector, y en pleno vendaval del negocio financiero. La CECA cuenta con un ejercicio complicado en los resultados de las entidades pese a la "actitud proactiva" en el saneamiento de las cuentas. Méndez no se siente nada optimista en cuanto a la previsión beneficios de este 2011 a la vista de la crisis económica.

Durante su participación en un encuentro sobre el futuro de la banca organizado por la auditoria PricewaterhouseCoopers, el secretario de la patronal alertó de los peligros de "un exceso de regulación" en el sector. "Es necesario más homogeneidad en la regulación europea", asegura, a la vez que hace un llamamiento de "tranquilidad" a los supervisores.