Los diputados gallegos prefieren "latar" que ir a clase. Si deben acudir al Parlamento para votar en un pleno, nadie falta so pena de dejar en mal lugar a su grupo, lo que ha sucedido en la legislatura pasada y en la presente debido a la diferencia de tan solo un escaño entre gobierno y oposición. Pero si se trata de acudir a clase, todo cambia. Aunque se trate de recibir lecciones voluntarias para perfeccionar el gallego en la institución que vela por normas que lo protejan.

Unos 40 diputados decidieron apuntarse a estos cursos impartidos en la Cámara y 25 de ellos lo hicieron en el turno de ayer a las nueve de la mañana. Las sábanas pesaron más que aprender a pronunciar las siete vocales, erradicar los tiempos compuestos, inexistentes en la lengua de Rosalía, o diferencias entre la "n" alveolar y la velar. Solo acudieron a clase seis diputados, lo que supone un absentismo del 76%.

A la cita acudieron los socialistas Xaquín Fernández Leiceaga, José Manuel Lage Tuñas, Guillermo Meijón y Pablo López, la nacionalista Ana Pontón y el popular Pablo Cobián. La reunión de la permanente del PSdeG dejó sin clase a Mar Barcón y Modesto Pose, aunque del resto de quienes se fumaron las clases nada trascendió. De hecho, la relación de diputados que se apuntó a este curso es un secreto. El Parlamento aduce que se trata de una actividad privada y los grupos parlamentarios tampoco dan información, a excepción del BNG, que anunció que sus doce parlamentarios acudirían.

Ayer, sin embargo, el profesor de la Escuela Galega de Administracións Públicas que acudió a la Cámara se quedó "sorprendido", según algunos de los alumnos que no "lataron", ante la alta tasa de absentismo. Incluso tuvo que retrasar media hora el inicio de la clase. A pesar de que la Presidencia de la Cámara comunicó la puesta en marcha de la iniciativa, algún asistente echó en falta ayer a Pilar Rojo en el "inicio de curso".

El uso del gallego constituye uno de los puntos débiles de gran parte de los parlamentarios gallegos. Para erradicarlos el profesor mostrará a los diputados vídeos de sus intervenciones parlamentarias, donde pueden escucharse castellanismos como "fóra de xuego" o tiempos compuestos como "haber feito", inexistentes en gallego.

Las clases tienen una duración de hora y media semanal durante tres meses, aunque para facilitar la asistencia se han habilitado dos grupos. El primero no ha logrado mucho éxito de asistencia. El segundo se celebra el viernes, pero a una hora más relajada: las 12.30.

El día de ayer, además, dejó una curiosidad, como fue escuchar a uno de los diputados preguntar si los cuadernos de ejercicios que recomendó el profesor serían aportados por el propio Parlamento. El mismo que este año limitó la gratuidad de los libros de texto.