"Desolación" y "tristeza" definía ayer el estado de ánimo de dirigentes socialistas consultados por este diario que recordaban las guerras intestinas que abocaron en el pasado al PSdeG a ser la tercera fuerza del Parlamento autonómico y ceder el liderazgo de la oposición al BNG. Un llamamiento al a cordura de los dos bandos, el oficial y el crítico, hacían ayer diputados, que se imaginaban "lo contento que debe estar Feijóo viendo como nos peleamos".

"Ofrecemos al Partido Popular el mejor escenario de cara a las elecciones municipales", se lamentaban. Los mismos dirigentes también señalaban que el reglamento de incompatibilidades es la excusa para abrir la batalla en el PSdeG, pero la fractura era una realidad desde hacía tiempo. Pose, Leiceaga, Barcón y Lage nunca formaron parte del equipo de Vázquez, que tuvo que jugar con un grupo parlamentario que no confeccionó él, sino Emilio Pérez Touriño. "Es su oportunidad para cargárselos", admiten en el PSdeG.

Vázquez, tras relevar al frente del PSdeG a Touriño después la derrota de las elecciones autonómicas, formó tándem con Ricardo Varela, que controla el PSOE en la provincia de Lugo. Él aportaba la provincia de Ourense. No había sin embargo sintonía con Pose, al frente del PSdeG en la provincia de Pontevedra, y aliado de Antón Louro, y tampoco con Lage, Leiceaga, Barcón y Lage, que dieron la batalla por el control del partido en A Coruña, pero perdieron frente a Salvador Fernández Moreda, que fue apoyado por Vázquez para evitar una futura alianza de Pontevedra y A Coruña, en contra de sus intereses.